‘Ya no respetan ni a la Virgen’, se quejó Omar Wancel, el hombre que levantó en medio del desierto el paraje Medalla Milagrosa, que se convirtió en sitio de fe para muchos devotos pese a no estar reconocido oficialmente por la Iglesia Católica. Es que desconocidos llegaron a ese oasis en Pie de Palo, Angaco, y se llevaron herramientas, utensilios de cocina, un colchón, sillas, mercadería y hasta el dinero que habían dejado promesantes en las alcancías del templo, entre otros elementos. El hecho se sumó a otros actos vandálicos que sufrió el paraje, como el robo de las puertas de los baños, vidrios, ventanas e incluso la rotura de la imagen de la Virgen, a la que intentaron quemar, según denunció Wancel.

El paraje nació tras una promesa que hizo Omar y como agradecimiento por la sanación de su hija, quien nació con un tumor en la cadera. Primero fue una grutita y con la ayuda de algunos vecinos, el lugar creció, por lo que hoy hay un oratorio, baños y un parador. De hecho, el paraje es una de las atracciones del departamento, aunque no cuenta con asistencia municipal.

‘Cuando fui a regar, me encontré con que habían entrado al templo y saquearon la piecita que tengo con mis cosas. Si hasta quisieron romper la caja de vidrio que tiene la imagen de la Virgen para sacar unas monedas’, se quejó Omar.

Al lugar no sólo van los devotos de la Virgen, sino también gente que busca pasar el día en un lugar atractivo. Es que además del templo, también hay una galería techada, parrilleros y un horno de barro. ‘Pese a este daño, no voy a bajar los brazos. Es parte de mi promesa mantener el templo en pie’, contó Wancel. Igual, los promesantes ya armaron una campaña solidaria para poder juntar materiales de construcción y darle más comodidades al paraje, el 25 de noviembre.