�Es la otra opción para que concurra un ministro a Diputados, que ha sido la elegida en esta oportunidad. En este caso, no hay pliego de preguntas y el funcionario responde los planteos que le van formulando los legisladores. Pero, por decisión del presidente de la comisión, que le puede consultar o no al representante oficial, el encuentro puede ser a puertas cerradas, sin acceso de la prensa. En la interpelación, la sesión es abierta, incluso con público.