La casi centenaria y céntrica escuela Antonio Torres cumplió un nuevo aniversario. Su historia se remonta a la época sarmientina cuando Antonio Torres, un sanjuanino de riqueza y poseedor de tierras, consultó en Chile con el prócer que le sugirió la idea de donar el terreno en beneficio de la juventud provinciana. Tal fue su testamento firmado en Chile el 15 de diciembre de 1845 y tras ciertos litigios y postergaciones, el edificio vio la luz un 19 de julio de 1919. En un primer momento comprendía toda la manzana y por ignotas razones quedó reducido a la esquina de Santa Fe y General Acha.
Se suceden numerosas actividades y entre ellas la creación de la biblioteca en 1920, visitada por otro sanjuanino insigne, Pablo Echagüe, en ocasión de inaugurarse una biblioteca infantil. El terremoto del ’44 afectó seriamente el edificio original que fue demolido. Se dictó clases entonces, en galpones de emergencia en la escuela Bernardino Rivadavia.
En 1945 se inauguraron nuevos galpones bendecidos por Monseñor Silvino Martínez y poco después, recibieron la visita de una gran educadora argentina, Martha Salotti.
En 1949 el Consejo de Reconstrucción llamó a licitación para la construcción del nuevo edificio y ganó el proyecto del arquitecto Alfredo Etcheverry, que fue inaugurado finalmente en febrero de 1953 con una superficie cubierta de cuatro mil trescientos cincuenta y dos metros cuadrados, incluyendo una casa para el portero. A partir de allí se produjo un crecimiento paulatino que incluye los gabinetes de Física, Química y Ciencias Naturales, su primer periódico escolar y en 1968, un cine escolar para los fines de semana.
Recién en 1971, las escuelas pueden funcionar con carácter mixto y se inauguró el gran patio que mira a la calle Santa Fe.
En 1976 se creó el Complejo Escolar Antonio Torres que incluía la escuela del mismo nombre y los establecimientos “Monseñor Silvino Martínez”, “Salvador María del Carril”, “Ignacio de la Roza” y por la tarde, “UEPA”, Profesorado de Enseñanza Diferenciada, Universidad Popular y Bachillerato nocturno. Recién en 1985 el llamado Complejo desaparecerá y quedará solamente la escuela Antonio Torres.
Al cumplir setenta y cinco años de vida, la escuela lo celebró con una canción especialmente compuesta por María del Carmen Reverendo con música de Carmen Ripoll. Prolífica tarea ha desarrollado y desarrolla, una de las instituciones educativas señeras de la provincia.

