Sergio y Ana no podían creer lo que veían. Recién llegados de Salta, pero oriundos de Buenos Aires, se apuraban a sacar fotos al revuelo que causó la llegada de José Luis Gioja, padrino de la Fiesta de las Dos Puntas. "¿Es Gioja, no? Nunca estuvimos tan cerca de un gobernador", repetía Sergio, mientras gatillaba su cámara digital a un par de metros del mandatario sanjuanino. Ellos fueron parte de las 4.000 personas (según datos de la Policía de San Juan) que durante la apertura formal de la Fiesta de las Dos Puntas, en Rivadavia, aguardaron más de una hora para poder ingresar al predio y recorrerlo.

En toda su extensión, el predio albergó más carpas y stands que el año pasado, ya que se destinó el doble de espacio para el montaje de la fiesta. Un gran escenario, ubicado al fondo, recibió a los primeros números artísticos, que comenzaron ni bien terminaron los fuegos artificiales.

En las carpas había para todos los gustos: artesanías de muy buena calidad y de los orígenes más diversos y gastronomía variada, para comer al paso o para disfrutar cómodamente ubicado en una mesa. Y un dato llamativo, sobre todo para la concurrencia masculina: la cantidad de promotoras que, folletos en mano, publicitan desde autos y motos hasta complejos de vacaciones: una propuesta que cada vez gana más presencia en este tipo de festejos y que constituye una buena estrategia de marketing para las empresas locales.