Hay algunos que deben esperar meses, pero Luis Alberto Castro apenas unas horas. Es más, por poco no festejó su primer Día del Padre en la clínica. Luis es padre primerizo, y flamante, porque anteayer nació Priscila Nicol. "Voy a festejar este día con el primer y el mejor regalo de mi vida", cuenta emocionado Luis.

La historia de Luis y su flamante familia es particular porque entre padre y madre apenas suman 37 años de edad. Luis tiene 20 y Ayelén 17. Y por consiguiente, la decisión de traer al mundo a Priscila vino acompañada de un profundo cambio en la vida de los chicos. De estudiantes de secundaria pasaron a ser futuros padres y ya no hubo más salidas a boliches, por ejemplo, quizá una de las cosas más típicas entre los chicos.

"Y… no fue fácil porque la verdad es que me encanta salir -dice pícaro Luis-. Pero me ponía a pensar que me iba a gastar 50 pesos en unas horas y que no valía la pena. Prefería comprar alguna ropita para la bebé o una colchita".

La historia de amor de Luis y Ayelén Carpio nació hace un par de años. "Me la presentaron unas amigas y cuando se iba, en el saludo hice la clásica: corrí la cara y le robé un beso, muy de caradura -recuerda sonriendo-. Después tuve que remarla mucho, pero se me dio y el 15 de junio pasado cumplimos dos años de estar juntos".

El momento de saber el sexo del bebé también tuvo su historia, al menos para Luis. "Creo que los papás primerizos queremos tener un varón, porque pensamos que le vamos a enseñar a jugar a la pelota o a manejar el auto. Pero después me di cuenta de que lo mismo voy a poder hacerlo con mi hija. Cuando ves la ecografía, no te importa el sexo, lo que importa es que no podés creer que ese bebé sea tuyo", apunta.

"El embarazo lo viví a pleno. Acompañé lo más que pude a Ayelén, no me perdí ninguna ecografía. Por ahí no me doy cuenta de lo que significa esto de la paternidad, pero es algo muy lindo. No se planea ser padre tan joven, pero apenas te enterás del embarazo te sentís como elegido. Yo dejé algunas cosas de lado, pero lo hice con gusto", confiesa.

Ahora con Priscila, el futuro se presenta inmejorable. No hay crisis ni inseguridad que opaquen este momento. "Quiero encontrar un mejor trabajo, ya puse en venta mi auto para poder comprarme un lote… Siento que puedo hacer muchas cosas para darle lo mejor a Ayelén y a mi Negrita", se ilusiona Luis, el papá primerizo que apenas tuvo que esperar unas horas para festejar una fecha única y especial.