San Juan, 5 de Septiembre.- Emilio Goya y las Abuelas de Plaza de Mayo son querellantes en el primer juicio oral y público que se desarrolla la provincia por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar. El proceso busca dilucidar si Jorge Guillermo Martínez Aranda, de 31 años, fue apropiado ilegalmente por el ex militar Luis Alberto Tejada y su esposa Raquel Josefina Quinteros.
Emilio se muestra tranquilo, por momentos se quiebra pero habla con entereza. “Es una etapa más del proceso de búsqueda de memoria, verdad y justicia que iniciamos hace muchísimos años y que debemos superar. Debemos encontrar al culpable de la falsedad de un documento público, de la privación de identidad que se hizo de mi hermano. A partir de ahí traer un poco más de información y verdad para ver si podemos dar con el destino final de mi papá y su compañera”, dice en diálogo con DIARIO DE CUYO ONLINE, después de una búsqueda que empezó en el 2000.
“Yo sé todo desde siempre, mi madre quedó en Argentina viviendo, mi papá se fue al exilio en el 75 y estuvo viviendo en varios países, desde allí siempre nos mandó cartas y estuvo siempre comunicado. Por eso desde chico siempre supe de la existencia de mi papá y de mi hermano. Ni bien tuve la capacidad física y económica de ponerme personalmente a buscarlos lo hice, es una búsqueda familiar, individual. Gracias al aporte de cada uno de los organismos que estaban trabajando pudimos dar con Jorge en el 2008”, relató el hombre. Emilio logró compartir con su medio hermano varios momentos, aunque evita dar detalles de las charlas. “Hablé con él y buena onda, es un tipo divino”, dijo.
A la hora de pensar en el final de este proceso legal el joven es optimista, aunque reconoce que en lo personal quedan aspectos por resolver. “Esto termina con verdad, clarificando un poco las cosas a la sociedad sanjuanina y del país. Estos procesos son imprescindibles para la recuperación de la sociedad. Un pueblo que vive sin pasado está condenado a repetir los errores y a no tener un futuro clave”. “Vamos a cerrar la persiana cuando podamos dar con los huesos de mi viejo”, concluyó.
El juicio comenzó esta mañana en el edificio del Rectorado. Se espera que a lo largo del proceso pasen por las audiencias unos 17 testigos, incluídos familiares del joven apropiado.
