El G-20 dice que la consolidación fiscal debe ser “diferenciada y ajustada a las circunstancias” de los países. EEUU afirma que “el reajuste debe calibrarse cuidadosamente para sostener la recuperación de la demanda privada”. El documento final deja claro que el sector bancario debe pagar por el costo en el que incurren los Gobiernos cuando acuden a su rescate, si bien da libertad a los países para establecer una tasa bancaria con ese fin. Pero los países que forman parte del G-20 han llegado a un consenso en otros aspectos, como en la necesidad de exigir mayores dotaciones de capital a la banca, para que resista mejor los golpes de la crisis.
