“Paul es soltero y no tiene hijos”, aseguró ayer Anna Porthmann, una de sus ocho cuidadoras, quien aseguró que detrás de sus vaticinios no hay ninguna vidente y que llegó a Oberhausen proveniente de un acuario inglés. “No lo compramos, sólo fue transferido”, precisó Porthmann. La cuidadora aseguró que no se plantean entrenar al pulpo para que adivine los resultados de la lotería y que de momento no tienen ofertas, “aunque recibe miles de correos electrónicos”.