Con más de 50 muertos, la provincia de Santa Fe es -después de Buenos Aires- el segundo distrito del país con mayor cantidad de fallecidos por gripe A. Muchas actividades cotidianas están en punto muerto en esa provincia, donde el virus AH1N1 "tiene la misma tasa de letalidad que en el resto del mundo", según comentó a DIARIO DE CUYO Débora Ferrandini, la secretaria de Salud santafecina.

-¿Cómo han reaccionado los santafesinos frente a la gripe?

-La gente reaccionó con un compromiso importante, con mucha responsabilidad desde que la provincia decidió suspender clases, el lunes siguiente a las elecciones del 28 de junio. Desde entonces, los santafesinos se involucraron en el distanciamiento social, que junto a la suspensión de clases, fueron los pilares básicos para enfrentar la enfermedad en Santa Fe.

-¿La gripe A ya llegó a su pico en Santa Fe?

-En principio podríamos hablar de una desaceleración importante en la tasa de ataque, porque la gente respondió a medidas que tuvieron impacto en la progresión de la epidemia. Hemos notado en la última semana una disminución del 50% de las consultas. Y aunque también disminuyeron los ingresos hospitalarios,

es poco probable que en pocas semanas nos desembaracemos de la gripe A.

-¿Hay recelos a la hora de informar la cantidad de afectados?

-Desde un primer momento, hubo transparencia de la información epidemiológica. Una de las medidas más exitosas fue conseguir la descentralización del Instituto Malbrán. Ahora, nuestro propio laboratorio, ubicado en Rosario, procesa las muestras de los estudios virológicos para los casos santafecinos. Esto nos permite conocer casos mortales en tiempo real.

-¿Por qué no suspendieron las actividades públicas?

-Suspendimos actividades que conglomeraran gente en espacios cerrados que dependían del Estado. No tomamos medidas coercitivas en el cierre de espacios públicos, porque pueden paralizar a la población. De todos modos, la gente tomó conciencia. Se notó una disminución en la ocupación de restaurantes en un 50 por ciento. Y se redujo a un quinto la asistencia a locales nocturnos en Rosario.

-¿Por qué difieren las cifras Nación-provincia?

-Es que en Santa Fe consideramos como afectados a todos los casos de personas que hacen consultas médicas por tener enfermedades tipo influenza. Esa cantidad ronda las 25.000 personas y es mucho más cercana a la realidad de la cantidad de casos confirmados por estudios que se realizan en laboratorios, que rondan los 700.

-¿Por qué se registran tantos casos mortales en Santa Fe?

-No es una cantidad inusitada de casos mortales, en relación a la cantidad de afectados. Estamos sosteniendo la misma tasa de letalidad que en el resto del mundo. Es muy posible que en otras provincias no se tenga el resultado de todos los que han fallecido.

-Pero es el segundo distrito del país con mayor cantidad de muertes…

-Argentina tiene un patrón de diseminación de la gripe A diferente al de Chile. Allí, la epidemia entró por el sur, un área turística pero muy poco poblada. En nuestro país entró por un conglomerado urbano tan importante como Buenos Aires, cercano a la ciudad santafesina de Rosario, la más próxima en términos geográficos y sociales. Es lógico entonces que Santa Fe haya sumado tantos casos en tan breve tiempo.

-¿Cuáles son los grupos sociales y etarios más afectados?

-Son mayoritariamente de sectores medios y altos que fueron los primeros infectados porque viajaron al exterior. En los sectores más pobres se documentan casos pero en un número menor. En cuanto al rango etario, el 50 por ciento de afectados son niños y adolescentes. Los fallecidos se concentran entre los 20 y 50 años.

-¿Hubo desbordes en hospitales?

-No, pero al principio hubo una gran carga de trabajo ambulatorio. Hizo falta refuerzos en recursos humanos (en un orden del 15 por ciento) para la atención primaria. En este momento estamos mejor. Pero hubo una sobrecarga en servicios de asistencia crítica. Hubo ausentismo en el área sanitaria y en otras áreas.

-¿Hay sobreprecios en alcohol en gel y barbijos?

Sí. Por eso hemos tratado de no hacer eje en el uso de barbijos, que son imprescindibles para los pacientes y para quienes atienden enfermos.

Ante la falta de barbijos en el mercado, la industria penitenciaria se ha dedicado prioritariamente a producir en una cantidad importante. También hay una red de microemprendimientos de economías solidarias, que producen barbijos.

-¿Se nota en las calles la preocupación por la pandemia?

-En Santa Fe hay menos movimiento. Los taxistas tienen menos trabajo. Ha disminuido el turismo y el transporte público. Aunque la situación sea alarmante, en Santa Fe muere mucha más gente por causas sanitarias ajenas a la gripe. Entre ellas, accidentes de tránsito, suicidios, homicidios, enfermedades cardiovasculares o neumonía originada por causas ajenas a la gripe A.