-¿Qué fue lo que sucedió con Cantero? -Diría que fue una calentura del momento. Él me vino con la plancha en esa jugada, yo reaccioné, nos insultamos y nos peleamos. Pero Pablo es una gran persona, pasa que por ahí en este momento todo está muy sensible por lo que nos estamos jugando y entonces se reacciona así. -¿Por qué se dio todo tan rápido como para que mañana (por hoy) ya no vayas a entrenarte y te alejes del club? -Ha sido una temporada rara y fea para mí. Primero me quebré el pie justo cuando cumplía el sueño de jugar en Primera con San Martín. Después vinieron mis problemas personales con mi esposa y todo se complicó. Creo que algunos compañeros pensaban que estos conflictos de mi casa yo los trasladaba a la cancha y no era así. Pero bueno, por ahí la dirigencia piensa que hay que cortar con esta situación y por eso digo que estoy un 99% fuera de San Martín, aunque debo hablar con el presidente. -¿Cómo era tu relación con el plantel? -Con cinco o seis tenía un buen trato y charlaba. Pero es cierto que muchas veces uno llegaba al camarín, se cambiaba y no podía hablar con ninguno. La autocrítica que hago en ese sentido es que soy una persona que no fue pegada al grupo: no me quedaba a los asados y cuando salía del entrenamiento me iba rápido, sobre todo después de la separación, para estar más tiempo con mi hija. -¿Cuál es la otra parte de la autocrítica que hacés? -Por ahí con el tema de la recuperación de la fractura en el pie. A los dos días andaba manejando el auto o al mes estaba pisando con la bota y eso era algo que no debía hacer. Pero fueron errores míos, porque los médicos y los dirigentes del club se portaron de diez conmigo. No tengo nada que reprocharles. Lo que sí por ahí mi forma de ser hace que diga las cosas en la cara al que sea y eso no suele caerles bien a algunos. -Supongo que no es el final esperado por vos. -Yo soñaba con salvar a San Martín e irme del club el día de mañana con aplausos. No me quería ir así, me va a doler muchísimo y voy a extrañar a todos los que me trataron tan bien en San Juan. Espero algún día volver.
