-¿Cuáles son, a su criterio, las cinco grandes deudas de la educación provincial con la sociedad sanjuanina? -¿Cinco nada más?… Bueno, no deja de ser una suerte, podrían ser muchas más… (risas). -¿Son más, entonces? -Es que no es fácil hablar de asignaturas pendientes en el sistema educativo, porque el devenir es muy dinámico. Hay que ser muy cuidadoso con las decisiones que se toman, porque estamos hablando de más de 1.000 instituciones educativas, unos 180.000 alumnos, 15.000 docentes repartidos en unas 500 localizaciones geográficas diferentes. En Educación tenemos el 40% del estado provincial, con realidades muy diversas. -¿La Ley Nacional de Educación complicó esa realidad? -Nosotros asumimos una posición frente a la ley, que fue respetada. Porque entre las 24 jurisdicciones de todo el país, estaban los que hicieron caso omiso de la ley y siguieron con la estructura anterior, los que la aplicaron en parte y los que, como nosotros, hicimos grandes esfuerzos para aplicarla en su totalidad. Con las luces y las sombras que esto supone, porque créame que hubo heridas que aún hay que sanar. Ese criterio nuestro fue respetado por la Nación. -¿Es decir que todavía hay consecuencias no deseadas de esa aplicación de la ley? -El haber aplicado la Ley Nacional de Educación tuvo ventajas y desventajas. Entre las primeras, sin duda, está la fuerte transformación que esto generó. Y entre las segundas, el hecho de que todavía estamos cerrando, por ejemplo, temas relacionados con la estructura de cargos, procesos que quedaron abiertos de la ley anterior, deudas que se generaron. En eso estamos trabajando, para poder terminar estos procesos de manera definitiva.
