– Es maravilloso. Varios talentos sanjuaninos emigraron, porque hay gente muy buena que ha salido de acá y que luego completó su formación en Buenos Aires. Lo que hacía falta era darles una compañía, un teatro, una salida laboral importante en el área artística.
– ¿Cómo viste el material humano?
– Muy heterogéneo porque ha quedado gente de distintas disciplinas y formaciones, así que en esta primera etapa es unificar. A partir de ahí, desarrollar el proyecto con las profesoras, que continuarán con la metodología porque ellas también están tomando clase y experimentando lo que estamos pidiendo.
– ¿Cuál es esa metodología?
– Estamos trabajando en lo que manejan las distintas compañías del mundo hoy, que es apuntar a un bailarín integral, que estudie danza clásica, contemporánea y que conozca folclore, tango… Hoy el bailarín tiene que ser completo.
– Dato llamativo es la cantidad de varones
– Sí, una agradable sorpresa. En las provincias aún cuesta un poquito, porque la sociedad argentina sigue siendo muy machista, pero está claro que la masculinidad no tiene nada que ver con la profesión.
– Para muchos sanjuaninos éste es el primer paso a un sueño que parecía inalcanzable…
– Si un artista no tiene ilusiones no puede ser artista. Vamos por la utopía. Ese es el motor que moviliza.
