Un mediodía cuyano y recapitulado luego de 5 años. El mismo hotel que supo hospedarlo en su última visita (el Viñas del Sol). Un almuerzo -“livianito y con vino tinto”- y un maestro religando con su inspiración más honesta: Los Mores. Es que el sábado pasado, antes de colmar el Juan Victoria con “Bicentenario Tango, Gira de despedida´, Mariano Mores dialogó con DIARIO DE CUYO y repasó su presente acompañado de su esposa Mirna, su hija Silvia (la mamá de Mariana Fabbiani) y su sobrino Ariel (hijo de su hermano Chilo). “Me llevo todo el cariño de San Juan como sucedió en mi última visita. Es el mejor halago que pueda recibir”, dijo el eximio compositor tanguero mientras su trío de “guardianes” lo observaron con enternecedora admiración. Esa que replantea suposiciones. “¿Si me retiro definitivamente? ¡Para nada! ¿Quién lo dijo? Hay Mores para rato. Todavía me tienen que aguantar”, aseveró canchero y vital a sus 92 años. “No definitivamente, pero que se vaya despidiendo. Nosotros lo cuidamos y lo queremos más tiempo con nosotros”, tiraron Mirna y Silvia y mostrado su aguerrido instinto protector -ese que futuriza un Mariano en casa, con los suyos. Y un plus: Matilda, la nueva integrante de la familia (la hija de su nieta, la siempre sonriente Fabbiani). “Es un acontecimiento que uno tiene en el corazón”, contó emocionado Mores y anticipó que está finiquitando una canción de cuna para la nueva integrante de la tango family. Mientras los minutos transcurrían entre simpatía, clima relajado y suma cordialidad, el autor de “Uno” compartió su dote de “maestro de maestros” y aseguró que para hacer música es clave la franqueza. “Tiene que haber sinceridad para poder darle al público lo que se siente realmente. Dar un mensaje elocuente, que es servir al prójimo de la mejor manera”, subrayó el eximio al que -según Silvia- en esta etapa de su vida lo representa el tango “Tanguera”. “Es difícil elegir uno en particular porque hay muchos, pero siempre digo que Tanguera es un poco la vida misma de Mariano. Porque es un tango que empieza tranquilo, sigue con una fuerza que termina casi en una explosión y después vuelve a la tranquilidad”, dirá, delineado una personalidad tan visceral como su inspiración 2×4. “Cuando me acompaña mi familia en las giras me siento muy bien”, explicará el moderado Mores que respeta el tango electrónico, que se limita a decir que el género en el mundo está “simplemente bien” -“No puedo decir que es extraordinario”, acotará- y que le gustaría que la gente lo recuerde “bien, con lindos recuerdos”. “El es pro-juventud. Trabajó con Charly, Fito, Calamaro. Fue un transgresor en su época y siempre está actualizado. Eso ayuda a acercar a la juventud al tango. Mariano siempre está vigente”, concluyó su hija. La leyenda continúa y no pretende despedida.
