Esto se realiza cada 6 ó 7 años y es la segunda vez que le toca como Arzobispo de San Juan de Cuyo: la vez anterior fue en el 2002, cuando las entrevistas con Juan Pablo II eran personales. Ahora las exposiciones son en grupos de 5 o más obispos.
"En el 2002 la Argentina estaba prácticamente en llamas. Todas las imágenes de la televisión mostraban corralitos bancarios, saqueos, piquetes, enojos, etc. Dentro del ámbito latino, Argentina es un país muy querido. Hace 7 años quizás se polarizó la información sobre esta visita. Siempre la cuestión social argentina está como telón de fondo o punto de referencia, pero no vamos por eso. Vamos a informar sobre la vida de la Iglesia en cada lugar. Pero me interesa sobre todo la dimensión de la fe y de la vida cristiana. Dentro de esto, también juega un papel muy especial la educación, la formación de la catequesis, la formación de los sacerdotes, las universidades católicas o los ámbitos donde se pueden transmitir con fuerza el mensaje del evangelio, también la dimensión de la caridad, cómo se celebra la fe cristina (la liturgia de la Iglesia), también informamos acerca de cómo la Iglesia se comunica con la sociedad.
-¿Cuál es la situación actual?
-Hay algo que a los obispos nos importa mucho: Debemos revisar el compromiso de la coherencia entre la fe y el actuar de las personas. En un mundo, además, donde da la impresión que muchos carriles de la normalidad se van perdiendo. Es como el tango Cambalache, que da lo mismo una cosa que la otra. Ya se ve que no da lo mismo porque cuando este mundo nuestro no le de importancia a lo importante, nos caemos en una crisis profunda como la que estamos viviendo. Que no es precisamente económica sino una crisis ética de los valores humanos.
-¿Esa incoherencia que usted marca entre la fe y la forma de actuar, es algo que a usted le preocupa de nuestra comunidad?
Es algo que debe preocupar en la vida de cada cristiano. Uno mira al Obispo que habla y que dice lo que sale en el Evangelio a ver si lo toma en serio. Si lo cumple. La coherencia es un signo de credibilidad, en el que debemos profundizar todos. Desde el Papa hasta el último bautizado.
-¿En eso tiene que ver sólo el sacerdote de un templo o también el resto de los miembros de una comunidad?
-Afecta a todos los bautizados. Evidentemente, el cristiano que hace política en el partido que le guste, sabrá sumar el bien de todos a la verdad, a la justicia, a la responsabilidad y al entendimiento y a la paz entre todos.
-¿Si tuviera que definir la situación de la Iglesia en San Juan, qué cosas buenas tiene y qué debe mejorar?
La Diócesis de San Juan cumple 175 años de su creación. Cuando uno repasa estos años, lo primero que retiene en la memoria es ser muy agradecido. Luego celebrar este don de Dios. Y tercero revisar espontáneamente el compromiso de una mayor coherencia y de llevar esa fe nuestra a todos los ámbitos y periferias de la vida humana en San Juan. A veces son periferias geográficas, ambientales (tal o cual grupo de personas), a veces son profesionales (donde falten iluminar con la fe), a veces son otro tipo de ámbitos. Pero es un compromiso de la Iglesia y de cada uno de los bautizados.

