El entrenador de Tigre, Ricardo Caruso Lombardi, afirmó ayer que el árbitro Javier Collado “me defraudó como persona. Fui a reclamarle después que terminó el partido por la falta que le hicieron a Arruabarrena previa al gol de San Lorenzo y por la expulsión de (Ribair) Rodríguez y me corrió la cara, ni me contestó”.

“Me voy frustrado -agregó-, con mucha bronca, porque estuvimos cerca de llevarnos un punto importante”. Caruso Lombardi además criticó a la gente de San Lorenzo porque regó la cancha antes del inicio del partido para intentar sacar una ventaja. “Es una vergüenza lo que hicieron”, sentenció.