Denominamos nativas o autóctonas a aquellas especies originarias de una región natural, estamos en presencia de límites biológicos. Cada región del país tiene su propia flora y fauna, esto se debe a los distintos tipos de temperatura que encontramos de norte a sur y de este a oeste en la República Argentina. Llamamos exóticos o foráneos a los seres vivos provenientes de otra región, pero que se adaptan fácilmente a nuestro clima y suelo. De este modo empezamos a entender la identidad cultural. Defender los ejemplares autóctonos y de crecimiento espontáneo, es contribuir con el medio ambiente. Los Algarrobos, Espinillos, Cina Cina, Jarillas, Retamos, son algunos de los ejemplares propios de nuestro suelo. Respetarlos y valorarlos es contribuir con nuestra identidad cultural. Paisajistas de Inglaterra, Alemania, Chile, etc., se presentan en los congresos que se llevan a cabo en la República tratando de optimizar los recursos naturales propios de un lugar. Por tal motivo cada vez que un ejemplar está en medio de la urbe, es defendido por biólogos, ingenieros y especialistas en jardín, que entienden que los recursos de la naturaleza no son fáciles de reproducir. Quien dio fundamento a semejante lucha es Wangari Maayhai, keiniana, cuando recibió el premio Nóbel de la Paz. Una ecologista con mayúscula que comenzó su lucha en el año 1977 por el medio ambiente. Creó el movimiento Cinturón Verde, donde se plantaron árboles para frenar al desierto.
