Una caja de cartón es la estructura. En el interior tiene una bolsa laminada tricapa en donde el producto se sella al vacío y un pico vertedor para servir. El vino ha sido envasado bajo este método desde hace varios años y esta forma ha demostrado tener múltiples ventajas. Es que a diferencia de lo que sucede con las botellas de vidrio, el consumidor puede conservar el vino una vez abierto hasta seis semanas y beberlo en un vaso de forma cómoda y económica. Si no lo abre, dura hasta un año almacenado.