Tras haber pasado una de las semanas más complicadas en sus 23 años, Victoria Gómez continúa evolucionando favorablemente, aunque todavía queda camino por recorrer. Asistió a una clase de electrofitness en un gimnasio -que luego se supo que no estaba habilitado- que provocó una rotura muscular que la llevó a estar internada en terapia intensiva. "Por suerte no llegó a darse insuficiencia renal porque se trató a tiempo.

No creo que la gente pregunte si un gimnasio está habilitado. No corresponde a uno.

Como mi músculo fue sobreestimulado, es como si hubiese explotado y de esa explosión salieron muchas sustancias tóxicas para el cuerpo. Aunque llegaron a los riñones, pude eliminarlas rápidamente. Cuando me internaron, tenía el valor de las encimas CPK en 37.000 y lo normal es 170. Los médicos no lo podían creer. Llamaron al laboratorio para corroborar si era así. Me dieron el alta con 9.000 y ayer (por el miércoles) el valor es de 2.600. Todavía tengo que llegar a los 170 (ríe), pero lo bueno es que sigue bajando rápido y eso me tiene mucho más tranquila.

 

-Además de la medicación, ¿qué cuidados debés tener?

-Sólo kinesiología, porque todavía no puedo caminar muy bien. Y lo otro es incorporar el agua a mi vida, dos litros por día. Pero si sigue todo así, no quedarán secuelas.

-¿Cómo fue que llegaste a esa clase?

-Curiosidad. Siempre hice actividad física y también había hecho electrodos antes y quería ver cómo era esto de los electrodos con actividad. En la mayoría de los gimnasios, antes de pagar el primer mes, tenés una clase gratuita para saber si te gusta. Eso pasó. Me comuniqué con la chica y ahí quedamos de acuerdo que empezaba el lunes a las 11,20.

-¿Qué sucedió en la clase?

-Fuimos dos chicas y el profesor. Leí en un medio que quedé paralizada, pero no fue así. Hice los 20 minutos de la clase, pero sí sentí un susto de golpe. Te ponen los electrodos y al activarlos, el cosquilleo fue muy intenso. No podía empezar sentadillas y le dije al profesor. Me respondió que no estaba acostumbrada y comencé a hacerlas, aunque sentía dolores muy fuertes. En un momento no podía levantar el brazo, le digo al profesor y me dice "vamos, tiene que doler, tiene que doler".

-¿Y la otra chica?

-Veía que le costaba lo mismo. Después dijo que fue una clase muy fuerte.

-¿Te fijaste si estaba habilitado el lugar?

-Para mí, la gente que trabaja esa aparatología es seria. Nunca voy a imaginarme que se puede tomar un tema así tan liviano. Cuando entré ni se me pasó por la cabeza si un lugar así puede o no estar habilitado y si yo iba a terminar así. No creo que la gente ande preguntando si un gimnasio está habilitado o no. No corresponde a uno. Si un gimnasio está abierto, debería estar habilitado.

-¿Cómo fueron los días en la clínica?

-Tenía muchísimos miedos. Hoy, estoy muy agradecida con la calidad humana de la clínica. Sentí que siempre estuvieron muy atentos. Cuando me sentía muy rara por los medicamentos, me iban explicando sus síntomas, como las taquicardias. Ya pasó lo peor y le sigo poniendo pilas como fue hasta ahora.

-¿Qué lectura hacés de la situación en general?

-Sobre todo tomar conciencia. No me gusta la exposición pública, pero a la vez agradezco muchísimo porque mi caso va a ayudar a muchas personas y a que realmente se tome en serio para que la gente que trabaja con esto lo haga con responsabilidad. No es una locura pedir ser responsable en el trabajo. No debería haber pasado esto, para que ahora se tengan que revisar todos los gimnasios. ¿Por qué hay que llegar a un punto límite para que se tomen acciones sobre lo que está mal?

-Cuando te recuperes, ¿sabés qué actividad vas a hacer?

-Todavía falta para esa etapa. Ya me dijeron que falta para eso y que no me apresure. Por ahora es rehabilitación. He perdido mucho músculo en los cuádriceps y debo fortalecer todo mi cuerpo. Primero hay que tomar fuerza en mis piernas para después empezar a hacer algo. Pero sí, a mi me encantaría volver a la actividad como lo hacía antes. No soy súper deportista, pero la paso bien haciendo algo que me gusta. Estuve pensando en hacer natación, que muchos médicos me lo recomendaron. Veremos si vamos a probar.

-¿Evaluás tomar acciones contra el gimnasio?

-No. No he hablado de eso.

-¿Se pusieron en contacto con vos?

-Con mi familia, pero no conmigo.

-¿Qué huella te deja esto?

-Cuidarme. Ver mi cuerpo desde la salud. Al último decía que quería estar bien, aunque debiera dializarme. No importa, pero quería estar bien. Que venga lo que tenga que venir, que yo le iba a hacer frente.