En San Juan se producen de 20 a 25 movimientos sísmicos por día. Esto llama la atención a los sismólogos del mundo entero. Para determinar cuáles son las condiciones que hacen que la provincia sea una de las zonas más sísmicas de la tierra, se está desarrollando un importante estudio. Lo que se pretende saber es por qué la corteza terrestre sanjuanina es más gruesa que la de la mayor parte del mundo. Para realizar la investigación han enterrado 40 sismógrafos en la provincia y en zonas aledañas. Los resultados se conocerán a fines de año.
El estudio se llama Proyecto SIEMBRA y es una iniciativa del Departamento de Geofísica de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de San Juan; del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) y de la Universidad estadounidense de Arizona. Esta última es la encargada de financiar el estudio, que tiene un costo de medio millón de dólares, y es quien prestó los 40 sismógrafos de última tecnología (ver infografía).
El proyecto se puso en marcha en octubre de 2007 cuando se enterraron los 40 instrumentos. De ellos 32 están en San Juan, 6 en La Rioja, 1 en Mendoza y el otro en el límite de San Juan y San Luis.
Según comentó la sismóloga Patricia Albarado, uno de los motivos que hacen que en la provincia haya una importante actividad sísmica es que sobre la placa de Nazca, una de las placas sobre la que está asentada San Juan, se está deslizando la Cordillera Dorsal de Juan Fernández. Lo llamativo es que en el sector sanjuanino esta cordillera oceánica avanza de modo recto, lo que sólo se produce en el 10% del mundo. Ya que normalmente se mueve diagonalmente y hacia abajo. Al avanzar de este modo la cordillera está pegada a la placa y produce fricción y fuerza haciendo mover la tierra. Esto se confirmó con el Proyecto CHARGE que realizó el mismo grupo entre el 2000 y 2002.
Lo que se está investigando con este segundo estudio es que la corteza continental sobre la que está ubicada San Juan es más gruesa que en otras zonas del mundo. Esta corteza a nivel mundial tiene en promedio un espesor de 40 Km, mientras que en San Juan es de 60 Km. Al tener esta medida, el terreno debería elevarse, como lo hace en la zona de montañas, sin embargo no lo hace. Los profesionales piensan que el motivo es que en este sector la corteza tiene una base muy fuerte y densa que le impide elevarse. Eso la haría muy efectiva para la transmisión de fuerza, por lo que generaría los movimientos terrestres.
Lo que esperan es confirmar esta teoría a fin de año, cuando finalice la observación, y formar una base de datos estandarizada que podrá ser utilizada en todo el mundo.
