En el año 2001, San Juan le exportaba a Brasil unos U$S46 millones en Valor FOB. Pasaron los años y este número hoy es de U$S116 millones. 2,2 veces más que aquel entonces.
Pero lejos de generar una Brasil dependencia, se redujo el porcentaje de ventas externa locales tradicionales adquirida por importadores brasileños. En aquellos años era del 32% para toda la oferta. Actualmente casi no llega al 21% -excluyendo el oro obviamente-. Diversificamos mercados por un lado y por otro, los desentendimientos comerciales obligaron a buscar nuevos mercados, más allá de la caída general de las exportaciones por la grave crisis competitiva nacional.
Pero veamos qué dicen los protagonistas. Por ejemplo el sector olivícola exporta a Brasil unos U$S10 millones, en entre ello el 80% de aceitunas en conserva según el ingeniero Fabián Famar y por ello Esteban Durand, presidente de la Cámara Olivícola de San Juan, quienes califica a este país como "el mercado más importante, determinante y vital el horizonte de crecimiento, la gran oportunidad. Hasta ahora "el crecimiento en volumen es del 20 % anual, en montos dependemos de los precios. Actualmente la demanda está frenada y los precios no se recuperan, se estima que es por efecto de la devaluación en Brasil".
Durand explica esto señalando que "por el medio de transporte y precios más competitivos y con calidad similar y en algunos casos mejor que en España, hace que el producto de argentina sea el preferido. Brasil debe pagar arancel si importa de España. Si estos aranceles se caen, se cae la competitividad para argentina en precio y el sector se desaparecería con los precios actuales de España.
Entre las dificultades para exportar, Famar y Durand enumeraron la financiación de exportaciones, seguridad de cobro, precios deprimidos y por tanto poco margen, poca organización del sector exportador que genera competencia interna innecesaria y los conflictos en las relaciones comerciales entre países que recaen en barreras para arancelarias en sector y otros de economías regionales.