�La última vez que su amigo Jorge Pastor Asuaje vio a López fue antes de testimoniar en el juicio contra el represor Etchecolatz. Asuaje lo acompañó a reunirse con los abogados para delinear su declaración. ‘Fue una reunión muy corta, él iba a decir lo que quería y nada en el mundo lo iba a cambiar de parecer, incluso hasta con algunos errores. Yo le estaba tramitando el resarcimiento económico por su primer secuestro, en 1976, y me sorprendió que fue él quien me llamara por teléfono, cosa que nunca hacía, porque me dijo que estaba contento porque la familia lo iba a acompañar al juicio, y tercero, me insistió mucho en querer saber si ese resarcimiento iba a quedar para los hijos‘, recordó.
En el pabellón 5 de la Unidad 9 platense, López tuvo a Gustavo Calloti, sobreviviente de La Noche de los Lápices, como vecino de celda durante casi un año. ‘Tenía un perfil muy bajo, hablaba poco de política, lo veía muy abatido y siempre preocupado por su familia, ya que no contaban con su sueldo de albañil y con dos hijos pequeños la situación era muy difícil‘. En los recreos, ambos jugaban al dominó o a las damas porque ‘no sabía jugar ajedrez‘.
