No es que estemos aislados del mundo, sino de los centros de crédito. Y eso quizá sea una buena noticia hoy, pero no lo es para el futuro. Desde que asumió Néstor Kirchner, Argentina le pagó a los organismos internacionales U$S30 mil millones y a los bonistas 120 mil millones más. No hay un país, desde el 2003 en adelante, que haya hecho más favores y más esfuerzos para congraciarse con la comunidad internacional, y sin embargo, cuando quiere ir al mercado éste le cobra una tasa 3 veces superior que a Brasil. Evidentemente algo se hizo mal, y de forma muy costosa. Argentina no tiene crédito, y para pagar la deuda tiene que subir impuestos, bajar gastos, o licuar jubilaciones.