Oscar Alfredo Martínez (61 años, mecánico, hipertenso, diabético) quedó en la mira de los pesquisas la misma madrugada del lunes, cuando su vecino comerciante Pedro Lozano (53) fue hallado por su hija al borde de la muerte en el garaje de su casa, herido de 4 balazos. Según fuentes del caso, esa madrugada le preguntaron si había oído algo, pero dijo que no escuchó nada desde la ventana de su dormitorio que da a la calle (pegada a la casa de la víctima), la cerró y ni siquiera salió a ver qué pasaba. Más tarde, otro vecino atestiguó que vio a Martínez en los primeros minutos del lunes golpeando la puerta en la casa de Lozano, pero el hombre negó de plano haber estado fuera de su domicilio a esa hora: admitió que salió, pero sólo a sacar al basura y a las 23 del domingo.
Hasta ahí, sus actitudes y contradicciones con la versión de testigos, habían instalado la duda y por eso el juez de Instrucción José Atenágoras Vega lo dejó demorado en la Seccional 2da a la espera del resultado de algunas pericias. Esas pruebas lo complicaron porque dieron positivo y ayer quedó preso como sospechoso de ese crimen, supuestamente cometido para ocultar el robo de 6.000 pesos que la víctima tenía en un mueble de su garaje. Ese delito se castiga con perpetua.
A Martínez lo jaquea una pericia que reveló posibles restos de pólvora (dermotest) en la unión de sus dedos índice y pulgar de la mano derecha. Y el hallazgo de manchas de sangre en sus zapatillas y un buzo, aunque ahora resta saber si es sangre de Lozano, dijeron.
Ayer, el magistrado ordenó dos allanamientos en busca, básicamente, del arma calibre 22 usada en el crimen y dinero. Uno de los allanamientos fue ejecutado por pesquisas de la Seccional 2da y la Brigada de Investigaciones en la casa que le prestan a Martínez y a su esposa enferma en el 1.173 Este de Telésfora Sánchez de Benavidez, en Concepción, Capital, al lado de los Lozano. Según las fuentes, allí encontraron unos 700 pesos y secuestraron algunos bidones para saber si las sustancias que contienen dan positivo también al dermotest. El otro allanamiento se realizó en el taller de Trinidad, Capital, donde trabaja Martínez, pero fue negativo.
Ayer, describieron a Martínez y Lozano como personas trabajadores que no tenían problemas con nadie y menos entre ellos. “Mi cliente dice que no tiene nada que ver con el hecho y ahora voy a pedir que el juez se avoque a la causa, y que se haga una nueva pericia porque el dermotest puede dar positivo con sustancias que manejan los mecánicos, como el aserrín”, dijo ayer Maximiliano Páez Delgado, abogado de Martínez.
