La detención e inculpación de Strauss-Kahn, ha dado lugar a un intenso debate político en Francia sobre cómo puede incidir en las próximas elecciones presidenciales y afectar a la imagen del país. El economista era visto como el aspirante socialista favorito de cara a los comicios de 2012. Dos sondeos publicados ayer por “Le Parisien” y “Le Journal du Dimanche” y realizados entre el 10 y el 14 de mayo, lo situaban no sólo como ganador de las primarias socialistas (partido al que pertenece), con el 41 por ciento de los votos, sino también como el político con más posibilidades en la carrera hacia el Elíseo, la sede del Gobierno francés. Las reacciones al escándalo se han sucedido a lo largo del día de ayer. El Gobierno, en boca de su portavoz, François Baroin, se ha limitado a decir que “respeta dos principios simples: el del proceso judicial en curso bajo la autoridad de la Justicia estadounidense, y el la presunción de inocencia”.
