Las medusas huevo frito no son las únicas que están invadiendo las aguas del Mediterráneo. Esta peculiar medusa ha proliferado más de lo normal durante estos meses cálidos de verano pero, a pesar de dejar a los turistas con las ganas de darse un baño en la playa, no son realmente peligrosas para la salud de los seres humanos, ya que su veneno no es muy potente y suele provocar cierta reacción alérgica. Sin embargo, la presencia de gusanos de fuego sí es más preocupante.
¿Qué es un gusano de fuego?
El gusano de fuego (Hermodice carunculata) es un tipo de gusano de cerdas parecido al ciempiés que pertenece a la familia Amphinomidae. Es fácilmente reconocible debido a sus colores, que son brillantes e iridiscentes, que van desde el rojo y el naranja hasta el verde o el marrón oscuro. Tienen un cuerpo alargado, dividido en segmentos y pueden llegar a medir hasta 35 centímetros de largo -aunque en algunos casos pueden alcanzar el metro de longitud- y todo su cuerpo está cubierto de cerdas, lo que les da un aspecto peludo. Sin embargo, lejos de ser un adorno corporal, estos pelos sirven como mecanismo de defensa (son cerdas urticantes), y son capaces de infligir una dolorosa picadura de la que hablaremos a continuación.
¿Por qué están apareciendo en las playas españolas?
El gusano de fuego es nativo de aguas tropicales y subtropicales, normalmente en aguas cálidas y poco profundas del mar Caribe, el golfo de México y el océano Atlántico occidental. Poseen una gran importancia en los ecosistemas debido a su intervención como reguladores de los desechos marinos. Suelen encontrarse en los arrecifes de coral y en las praderas marinas, sin embargo, recientemente han sido avistados en las costas de España, dado que este voraz depredador parece que prospera en el cada vez más cálido mar Mediterráneo, lo que supone un peligro para los bañistas, buceadores y pescadores. El motivo de su aparición tiene que ver con una causa conocida por todos: el aumento de las temperaturas del mar causado por el cambio climático es el que está favoreciendo que aumenten drásticamente en número. Este invertebrado marino ha obligado a cerrar algunas playas de España, según informa la Red de Observación del Medio Marino en Canarias que ha documentado más de 200 avistamientos de esta especie en las playas de las islas Canarias. Pero también en las aguas del Mediterráneo está siendo un problema. A pesar de que en España no es tan conocido como la invasión de medusas, su proliferación está acrecentando la preocupación en todo el país.
Cuáles son los riesgos para la salud
Su picadura produce un dolor parecido al del contacto con una ortiga si la piel de contacto es más bien gruesa. Pero en las zonas con la piel más fina, como la zona de la rodilla, el dolor puede ser mucho más agudo. Al entrar en contacto con la piel humana, sus cerdas se encargan de liberar una toxina que provoca una intensa sensación de ardor, enrojecimiento y, en algunos casos, ampollas.
Aparte de este peligro para la salud humana, también representan un problema para la biodiversidad marina, ya que se considera una especie invasora capaz de alterar el equilibrio de los ecosistemas costeros, ya que se alimenta de corales y otros organismos bentónicos (los que habitan en el fondo de los sistemas marinos, como los mejillones, las almejas, las estrellas de mar, las anémonas o incluso los cangrejos. Se consideran unos carnívoros voraces que, por otra parte, son fundamentales para el reciclaje de la materia orgánica del fondo marino.
Cómo protegerte de los gusanos de fuego en la playa
Ante todo hay que tener cuidado, sobre todo quienes practiquen esnórquel o buceo, y hay que evitar a toda costa el contacto directo con estos gusanos, aunque ciertamente, quienes peor llevan su presencia y sus consecuencias son los pescadores, ya que sus redes de pesca acaban infestadas por estos depredadores a la caza de nueva comida. Según los pescadores, es un problema al alza, ya que su número está aumentando año tras año y durante todo el año. Sea como fuere, las autoridades sanitarias y ambientales españolas han puesto en marcha diversas medidas para proteger a la población y a los ecosistemas marinos de estos poliquetos marinos de llamativos colores.
Como curiosidad, su forma de apareamiento es bastante curiosa. Los gusanos de fuego hembras emiten un suave resplandor verde fosforescente, una luz que funciona como una “batseñal” para que los machos cercanos sepan que están listas para desovar e invitando a las parejas potenciales a acercarse. En respuesta la llamada de las hembras, los machos producen, a su vez, destellos de luz, creando un diálogo bioluminiscente que los guía hacia ellas, una señalización más que necesaria en un entorno tan limitado como es el océano.
Fuente: muyinteresante.com