Los calambres se producen cuando uno o varios músculos se contraen de manera repentina e involuntaria detonando dolor, hormigueo y otras incomodidades. La parte más afectada suele ser la parte inferior de las piernas en la zona posterior y frontal del músculo.
Sin embargo, también pueden darse en la pared abdominal y las extremidades superiores y, si bien los síntomas pueden durar unos pocos segundos, a veces se extienden hasta por 15 minutos por lo cual es importante tener alternativas para poder evitarlos.
Hay muchos factores relacionados con la aparición de calambres musculares, pero sus causas principales incluyen fatiga, deshidratación o descontroles en los niveles de electrolitos del cuerpo. “Afortunadamente, podemos recurrir a varias instancias para evitar los calambres musculares y sus síntomas”, reveló Sergio Alonso Castrillejo, especialista en la Universidad de Salamanca y máster en Cultura Científica e Innovación por la Universidad de Oviedo.
Las cinco alternativas para evitar los calambres
La mejor manera de eliminar los calambres es mediante una correcta prevención y esto pasa por hidratarse y reponer minerales de manera adecuada, tal y como evidencia un estudio publicado en la revista “Journal of Sport Rehabilitation”. También hay cinco alternativas naturales para ingerir o colocarse en el cuerpo:
- Aceite esencial de manzanilla. Es conveniente mezclarlo con un portador como el aceite de coco y oliva para controlar sus efectos. La manzanilla es una planta con muchas aplicaciones en lo que tiene que ver con la salud. Gracias a su aporte de más de 36 flavonoides, es una solución antiinflamatoria que puede ayudar a evitar los espasmos musculares. Para usarlo, hay que combinar una parte de aceite esencial de manzanilla con aceite de coco u oliva, luego aplicar un masaje sobre los músculos afectados por los espasmos durante 3 o 5 minutos y descansar.
- Alimentos con magnesio. Cuando los espasmos musculares son recurrentes, lo mejor es asegurarse de consumir suficiente magnesio en la dieta. Este mineral esencial desempeña un rol muy importante en la función de los músculos y los nervios. Por eso, su deficiencia puede incidir en la aparición de los espasmos. Se pueden comer bananas, almendras, legumbres y arroz integral, cuyo contenido de magnesio es significativo.
- Jugo de cerezas. Es habitual entre los deportistas de alto rendimiento para evitar calambres musculares. El consumo de jugo de cerezas puede ayudar a evitar los calambres musculares después de hacer actividad física de alto impacto. De hecho, estudios revelaron que consumir esta bebida puede minimizar el dolor posterior a la carrera. Sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias ayudan a relajar los músculos. Se puede ingerir un vaso de jugo de cerezas después de hacer ejercicio o actividades de alta exigencia física.
- Pimienta de cayena. Contiene una sustancia activa conocida como capsaicina, la cual actúa como relajante muscular. De hecho, esta sustancia ayuda a reducir la inflamación de las articulaciones y, por esta razón, se aconseja como remedio para reducir el dolor en los espasmos musculares. No obstante, más que un método de prevención constituye un posible remedio para el tratamiento del dolor. Se la puede agregar en alimentos como sopas, guisos o carnes o hacer un té añadiendo una pizca de cayena en agua caliente.
- Jugo de arándanos. El potencial antioxidante de los arándanos aporta interesantes beneficios sobre los músculos y las articulaciones. Otra bebida saludable para evitar los calambres musculares y dolencias es el jugo de arándanos. Sus nutrientes esenciales ayudan a regular los niveles de electrolitos y a combatir la inflamación. Se puede preparar un vaso de jugo de arándanos y consumirlo antes y después de hacer ejercicio de alto impacto. También puede tomarse a media tarde para evitar calambres nocturnos.
Cuándo consultar al médico
Los casos leves de calambres musculares no necesitan atención médica, ya que aparecen de manera esporádica, con síntomas que disminuyen en cuestión de minutos. Sin embargo, en algunas ocasiones el problema se vuelve crónico.
Ante esta situación, es primordial solicitar atención profesional, ya que a veces es el síntoma de una enfermedad subyacente. El médico puede sugerir pruebas como análisis de sangre, electromiografía o mielografía para determinar si los calambres están asociados a anomalías musculares de mayor cuidado.
Por otro lado, es importante saber que se debe tomar abundante agua para asegurar la hidratación del cuerpo y, en caso de que el síntoma sea muy intenso o se vuelva demasiado recurrente, lo mejor es acudir al médico.