Beber abundante agua ya que esto arrastra los gérmenes, limpiarse los genitales de adelante hacia atrás y orinar luego de las relaciones sexuales son tres hábitos que podrían disminuir la aparición de infección urinaria, una afección que la mitad de las mujeres tendrán en algún momento de su vida.
"Es posible adoptar algunas medidas para prevenir una infección urinaria. No garantizan que una persona no se enferme, por supuesto, pero podrían colaborar en la disminución de la aparición", señaló Florencia Fulco, de la División Urología del Hospital de Clínicas.
La especialista también sostuvo que los arándanos podrían fortalecer la inmunidad del árbol urinario.
"Habitualmente los motivos de consulta suelen ser el ardor o el dolor al orinar, la sensación imperiosa y constante de orinar, orinar frecuentemente y en pequeñas cantidades, o al terminar de orinar sentir que no se vació totalmente la vejiga; también son frecuentes el dolor abdominal o pelviano y la orina turbia, oscura, con olor fuerte o con sangre", añadió.
Cuando la infección alcanza los riñones aparece el dolor de espalda, la fiebre elevada, y se pueden agregar náuseas y vómitos.
"En las mujeres es frecuente la infección urinaria recurrente, que puede tener épocas de recrudecimiento con temporadas sin síntomas. Algunas personas tienen factores que los predisponen a contraer infecciones urinarias, como la litiasis, la hiperplasia prostática benigna, una sonda vesical, el haber recibido antibióticos por otras causas en los días previos, el antecedente de haber tenido cirugías urológicas, los niños que nacen con malformaciones del árbol urinario o los pacientes inmunocomprometidos", sostuvo.
Según Fulco, se trata de una infección altamente frecuente y "entre el 4 y el 10% de las embarazadas pueden presentar bacteriuria asintomática, que es la presencia de bacterias en la orina pero sin los síntomas", al cual "si no es tratada hasta el 60% desarrollarán una infección urinaria baja o una pielonefritis, con todo el riesgo obstétrico que ello implica".
Los pacientes diabéticos tienen 2 a 3 veces más riesgo de padecerlas. "También la menopausia es una etapa en la que las infecciones urinarias aparecen con mayor frecuencia debido a que la disminución del estrógeno disminuye el grosor y funcionamiento del epitelio de la vejiga y de la uretra", agregó Fulco.
La especialista indicó que los varones tienen dos picos de mayor incidencia: antes del año de vida y luego de los 50 relacionado a los problemas prostáticos.
La bacteria responsable en el 75% de las infecciones urinarias es la Escherichia coli, un tipo de germen habitualmente encontrado en el tracto gastrointestinal, a la que le siguen en orden de frecuencia las Klebsiellas (7,5%), los estafilococos (6%), otras enterobacterias (4,7%) o Proteous (4,7%).
Finalmente, en relación al diagnóstico, indicó que "el primer estudio que corresponde pedir es un análisis de orina o sedimento urinario, que en general se informa en el momento, y además un urocultivo, que suele demorar alrededor de 72 horas".
Se puede manifestar por una larga lista de síntomas y ser muy recurrente. Se trata con antibióticos específicos.
> Tasa de recurrencia
En mujeres, la tasa de recurrencia dentro de los primeros 6 meses de resuelta la infección es del 27%, y un 2,7% sufrirá una segunda recurrencia. En los varones, entre los 18 y 65 años la tasa de infecciones urinarias es menor al 1%, y luego de esa edad, la incidencia se equipara en ambos sexos.
> Un análisis para elegir el antibiótico
El sistema urinario está conformado por un conjunto de órganos que se ocupan, primero, de depurar la sangre para eliminar sustancias tóxicas, y a continuación, de almacenar la orina hasta que llegue el momento socialmente correcto de expulsarla. Una infección urinaria es justamente una infección que puede afectar a cualquiera de esos órganos: los riñones, los uréteres, la vejiga o la uretra. De ellos, los más frecuentemente afectados son la uretra y la vejiga.
La doctora Fulco explicó que "ya con el sedimento urinario alterado se debe dar inicio al tratamiento empírico (con amplio espectro) con un antibiótico. A las 72 horas, cuando el análisis indique la sensibilidad exacta del germen detectado, se indicará o bien seguir con el tratamiento iniciado, o cambiar por otro antibiótico más adecuado y efectivo". Año a año se detectan más bacterias uropatógenas resistentes a los antibióticos de uso habitual: por ejemplo, del 10 al 30% de las E. coli son resistentes a las quinolonas (la ciprofloxacina es la más utilizada de ese grupo de antibióticos). Esta infección afecta más a las mujeres de entre 18 y 39 años.