Una nueva terapia oral para pacientes con cáncer de ovario, que redujo en ensayos clínicos la progresión de la enfermedad y muerte y está indicada para personas recientemente diagnosticadas o en las que la patología reapareció, fue presentada y ya se encuentra disponible en el país tras ser autorizada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT)
Se trata de Niraparib, una nueva opción terapéutica para tumores ováricos que provoca la muerte de las células cancerígenas evitando que consigan "auto-repararse".
"Hasta hace poco, casi ocho de cada diez pacientes con cáncer de ovario recaían luego del diagnóstico en los primeros dos años, a pesar de una buena quimioterapia y de una buena cirugía", detalló durante la presentación Gonzalo Giornelli, jefe del Departamento Gineco-Oncología del Instituto Alexander Fleming (IAF).
El especialista señaló que lo novedoso del Niraparib es que permite un "mantenimiento". "Se trata de un tratamiento por vía oral de una sola toma diaria la cual les reduce significativamente el riesgo de recaída a un rango entre el 30% y el 70%", sostuvo. Y añadió que "el tratamiento no produce deterioro en la calidad de vida y tiene un perfil de efectividad aceptable siempre que se utilice la dosis individualizada desde el inicio y que se monitoricen las toxicidades en forma adecuada".
Los resultados de eficacia y seguridad del Niraparib fueron confirmados por dos estudios clínicos publicados en la revista The New England Journal of Medicine, llamados Prima y NOVA, en 2019 y 2016 respectivamente, en los que se comprobó que este tratamiento presenta resultados positivos.
El estudio Prima fue realizado en más de 700 mujeres cuyos tumores respondieron a la quimioterapia independientemente del estado del biomarcador (son sustancias que indican un estado biológico y son utilizadas para detectar enfermedades).
Según los resultados del estudio, Niraparib aumentó la mediana de tiempo que vivieron las mujeres sin que el cáncer empeorara o regresara por aproximadamente seis meses en comparación con placebo (14 meses frente a ocho meses), demostrando una eficacia en el riesgo de progresión o muerte entre el 31% y el 71%, según el estado del biomarcador de cada paciente.
"La medicación se toma durante tres años después de la primera quimioterapia. En el caso de pacientes con recaída, o sea en aquellas que tienen una reaparición de tumor en el ovario o una metástasis en un ganglio, el tratamiento es más prolongado", describió Giornelli.
Al ser consultada sobre si será cubierto por obras sociales y prepagas, Analía Palmini, directora comercial de Oncología de GSK, (la compañía que desarrolló el Niraparib), dijo que "en Argentina contamos con una Ley para todo lo que es medicación oncológica al ciento por ciento así que este nuevo tratamiento debe ser cubierto por los financiadores de salud".
En la Argentina, el cáncer de ovario es uno de los tumores ginecológicos más frecuente después del cáncer de mama, de cuello de útero y de endometrio, registrando aproximadamente unos 2.200 casos nuevos por año (siete por cada 100 mil habitantes).
Los más frecuentes tumores de ovario son los que se originan en la superficie del ovario, llamados epiteliales y que se diferencian de los otros tumores ováricos menos frecuentes como, por ejemplo, los que surgen de las células que producen las hormonas del ovario o las que van a dar origen a los óvulos.
En su fase inicial, los síntomas del cáncer de ovario son inespecíficos, lo que dificulta su diagnóstico precoz; sin embargo, en la medida en que se va desarrollando la enfermedad puede causar dolor abdominal o pélvico, distención abdominal, sangrado vaginal, estreñimiento, diarrea, sensación de cansancio extremo, necesidad frecuente de orinar, aumento de la circunferencia abdominal, pérdida del apetito y dificultad para respirar.