* Por Dra. Juliana Mociulsky (MN 95300) especialista en obesidad y diabetes y jefa de la Sección Nutrición del Servicio de Prevención Cardiovascular del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires
En la presente coyuntura generada por la pandemia del COVID-19, las personas que sufren de sobrepeso y obesidad se encuentran dentro de los grupos de riesgo establecidos por las principales entidades de salud global. La presencia de estas complicaciones, así como de enfermedades crónicas preexistentes, son factores que pueden agravar la evolución de la enfermedad en caso de contagio. Si bien el riesgo que se tiene de contraer coronavirus es prácticamente el mismo, la gravedad de la infección y su evolución pueden verse perjudicadas seriamente.
El sobrepeso y la obesidad son problemáticas que afectan al 61,6% de los argentinos, donde el 12,7% tiene diabetes, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo. A su vez, el actual período de aislamiento modificó algunas rutinas clave. Por un lado, aumentó la predisposición al consumo de alimentos tentadores pero de baja calidad nutricional y, por otro lado, disminuyó el movimiento cotidiano y aumentó el sedentarismo. Frente a esto, es menester poder establecer nuevos cuidados de la salud que no sólo nos protejan sino que acompañen un camino de salud integral hacia una "nueva normalidad".
La Organización Mundial de la Salud define al sobrepeso y la obesidad como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. La mayor medida para hacerle frente a esta problemática y reducir considerablemente sus riesgos asociados es lograr un plan de alimentación saludable y sostenido en el tiempo, que no sólo fortifique las defensas sino que, a través de su sistematización y continuidad, ayude a combatir la obesidad y sus comorbilidades.
Para fortalecer las defensas con una dieta completa y variada, es conveniente optar por alimentos frescos como frutas, verduras y legumbres que, además de aportar vitaminas, minerales y fibras, favorece el crecimiento de la flora intestinal que tiene efecto protector. También es recomendable elegir carnes magras, huevos; leche, yogur y quesos descremados. Además, se prefieren aceites crudos, un consumo de sal moderado y la limitación de azúcar en infusiones y preparaciones, bebidas azucaradas o edulcoradas artificialmente.
Si bien la clave está en poder sostener un plan de alimentación saludable y de actividad física, muchas veces es necesario considerar la asistencia médica y fármacos seguros y eficaces para el descenso y control del peso corporal. En Argentina, contamos con tres fármacos aprobados para el uso en obesidad: Orlistat, Liraglutida y la combinación recientemente aprobada de un nuevo medicamento en comprimidos que combina Naltrexona y Bupropión, que logra mejorar el control de la ingesta, actuando sobre la saciedad.
Más que nunca, resulta fundamental poder atender estas problemáticas de la mejor manera, combatiendo la obesidad y el sobrepeso con una educación alimentaria adecuada y realista y con la utilización de nuevos recursos farmacológicos que aportan una nueva oportunidad de abordaje para esta problemática.