La hipertensión arterial es la elevación de la presión arterial por encima de los valores normales. Hay que tener presente que no siempre el cuadro presenta síntomas. Sin embargo, los tratamientos actuales han permitido que esta enfermedad tenga muy buen pronóstico, siempre que sea tratada en forma oportuna.

 

La medicación adecuada, junto con un estilo de vida saludable, bajo consumo de sal y un peso apropiado son medidas suficientes, en la mayoría de los casos, para controlar la condición.

 

En verano, el hipertenso se expone a cuadros de deshidratación. El calor incide tanto en la dilatación de las arterias, como en la deshidratación, por lo que las personas transpiran mucho y si no toman el suficiente líquido, pueden tener problemas.

 

Tanto la dilatación como la deshidratación son factores importantes para controlar en personas hipertensas. Los afectados por los cambios de temperatura deben consultar al médico, que puede modificar temporalmente los medicamentos recetados para ajustarse a la época de calor y reducir las molestias de los pacientes. La medicación debe estar indicada y controlada por el profesional de cabecera.

 

La presión arterial elevada se relaciona especialmente con:

– Aterosclerosis. Es un proceso por el cual las arterias se endurecen y forman placa. Estodificulta el paso de la sangre y puede generar el desarrollo de una afección cardíacacrónica o aguda.

– Cambios en la visión. La hipertensión puede afectar los ojos (el cuadro se denominaretinopatía hipertensiva) y generar roturas en las pequeñas arterias que los conforman.

– Insuficiencia renal. Las crisis hipertensivas pueden producir edemas pulmonares por larotura de los capilares, con el consecuente ingreso de líquido en los pulmones.

 

Cómo controlarla

Se puede mantener la hipertensión controlada con el debido tratamiento y algunas recomendaciones básicas:

– Comé de manera saludable, incorporando frutas, verduras y pescado a la dieta.

– Evitá la sal. Uno de los principales problemas de los hipertensos es la acumulación de líquidos. Con frecuencia, el tratamiento debe incluir diuréticos..

– Hidratarte de forma correcta: mínimo dos litros de agua al día, sobre todo cuando hace mucho calor.

– Hacé ejercicios y evitá el sedentarismo.

. Mantené el tratamiento indicado por el médico de forma constante.

– Evitá el tabaco y el consumo de alcohol en exceso.

 

La otra cara de la moneda: la hipotensión

 

Un día de calor puede facilitar el descenso brusco de la tensión arterial, cuadro conocido como hipotensión. Este genera algunos síntomas muy específicos y fáciles de identificar:

 

– Decaimiento.

– Pesadez.

– Vértigo, mareos y náuseas.

– Sensación de agotamiento y atontamiento.

– Dificultad para respirar.

– Palpitaciones.

– Rigidez en la zona de la nuca.

 

Si se presentan todos o algunos de estos signos y la situación se prolonga durante algunas horas, es posible que la persona llegue al desmayo.