El cambio climático y la contaminación ambiental favorecen la modificación de factores genéticos que producen que cada vez más gente tenga asma, una de las enfermedades crónicas respiratorias más prevalentes del mundo, advirtieron ayer especialistas en vísperas de la semana del asma.
Del 2 al 5 de mayo se conmemora la Semana Mundial del Asma, enfermedad que, según estima la Organización Mundial de la Salud (OMS), 235 millones de personas la padecen afectando a un 9% de niños, 11% de adolescentes y 6,6% de adultos en todo el mundo.
"El asma es una inflamación de los bronquios o de las vías aéreas. Cuando esas vías aéreas están inflamadas hay ciertos estímulos externos, como la contaminación ambiental, polen, ejercicio físico intenso, olores o perfumes fuertes que hacen que el bronquio inflamado se cierre y se contraiga, provocando que el paciente tenga falta de aire", dijo a Télam Ana Stok, neumonóloga representante del Grupo Asma NOA (Ganoa).
Esta enfermedad es una de las más prevalentes del mundo porque en los últimos años las poblaciones están "cada vez más expuestos a aeroalergenos y a ciertas condiciones ambientales" que hacen que "se produzcan en nuestros antecesores, por ejemplo nuestros bisabuelos, cambios epigenéticos, es decir, que empiezan a expresar ciertos genes que se transmiten de generación en generación", según la especialista.
"Como no se modifican estos factores ambientales, como el cambio climático o la contaminación ambiental, favorece a que se gatillen expresiones genéticas que favorecen que cada vez más personas tengan asma", advirtió.
LOS SÍNTOMAS
Uno de los síntomas principales en el asma es la falta de aire, que a veces se manifiesta no sólo como falta de aire sino como una tos crónica, además incluye la sensación de pecho cerrado u oprimido, o silbidos en el pecho. En las personas con asma los bronquios se inflaman aumentando el grosor de sus paredes que se estrechan y aumentan la producción de moco, lo cual se produce por una respuesta exagerada a ciertas sustancias o situaciones llamadas "factores desencadenantes".
Algunos de los factores desencadenantes pueden ser infecciones respiratorias virales; el humo del tabaco; exposición a ambientes irritantes; cambios climáticos; ejercicio y estrés emocional; o alérgenos como el polvo, polen, pelos de animales y ciertos alimentos; algunos medicamentos; factores hormonales; y reflujo gastroesofágico.
"Las personas que tienen antecedentes de alergias, como las personas que fuman, obesas, expuestas a irritantes ambientales inhalatorios son más propensas para desencadenar la enfermedad.
De estas, las alérgicas son las más frecuentes, por eso se insiste en el control adecuado de las alergias", señaló a Télam Maximiliano Gómez, presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica. Además, señaló que las infecciones respiratorias por virus pueden condicionar el desarrollo de asma o pueden provocar crisis en quienes ya lo padecen, y destacó la importancia de la vacunación en estos pacientes.
Ambos especialistas coincidieron en que uno de los principales problemas que tiene esta enfermedad respiratoria es el "subdiagnóstico". "En Argentina estimamos que el 10% de la población tiene asma y el 50% no lo sabe. De ese 50%, el 20% están mal medicados o no usan su medicación a pesar que siguen haciendo crisis", expresó Stok.
Se estima que al menos cuatro millones de personas en Argentina sufren de asma.
El error de disfrazarlo
Uno de los dramas con el Asma es la falta de precisión en el diagnóstico. Gran parte de la confusión la generan los diferentes nombres que se utilizan para evitar decir "asma" como bronquitis obstructiva, broncoespasmo recurrente, bronquiolitis, alergia espasmódica y otros que demoran el tratamiento efectivo y a tiempo.
Título:Secuelas por excesivo uso de los corticoides
Las principales complicaciones y efectos a largo plazo que puede traer el uso excesivo de corticoides sistémicos (vía oral o inyectable) -que se utilizan para las crisis frecuentes que tienen los pacientes que cuando no utilizan su medicación para el asma- son "la aparición de glaucoma, hipertensión, osteoporosis, fracturas espontáneas, obesidad, problemas gastrointestinales, hemorragias digestivas", señaló Ana Stok, neumonóloga representante del Grupo Asma NOA.
E indicó que a largo plazo "aumenta la mortalidad porque son pacientes que están mal controlados".
El tratamiento más efectivo es un corticoide inhalado, de acción local, de forma crónica, que debe ser indicado por un especialista, coincidieron ambos. "No debe temerse al mismo ya que no provoca los efectos de los inyectables o por boca (sistémicos), los cuales quedan reservados sólo para las crisis y en dosis acotadas", dijo a su vez Maximiliano Gómez. Además, a este tratamiento suele agregarse broncodilatadores de acción para las crisis o de acción prolongada junto a corticoides inhalados en conjunto en quienes requieren de otra medicación para alcanzar un buen control del asma.
Por último, Gómez expresó que hay un pequeño grupo de pacientes que padecen asma grave (que no logran controlar su asma a pesar de tener el tratamiento correspondiente) pero que "en ellos también hay esperanza con tratamientos biológicos" que les permiten "mejorar su calidad de vida notablemente". "El asma es la única enfermedad que aparece en cualquier edad de la vida", dijo Stock, y concluyó que "un paciente que tiene asma y está controlado puede llevar una vida normal".
15 mil internaciones
En Argentina se registran 15.000 internaciones anuales debidas a crisis asmáticas (exacerbaciones) y, a pesar de contar con tratamientos adecuados, todavía mueren por asma 400 personas al año, según datos de la Primera Encuesta de Prevalencia de Asma (2015). Se estima que en 2025 sumará otros 100 millones de enfermos en todo el mundo.
Inhaladores, la clave
Según establece el protocolo, el asma generalmente se trata con inhaladores de rescate para atacar los síntomas y con inhaladores de control (esteroides) que previenen los síntomas. Los casos más graves pueden requerir inhaladores de acción prolongada que mantengan las vías respiratorias abiertas, además de esteroides orales.