Se dio a conocer recientemente los resultados del primer estudio internacional de carácter transversal que analizó la relación entre la celiaquía y Covid-19. Los mismos son alentadores: la probabilidad de contraer la enfermedad es similar si se compara con personas no celíacas. Esto quiere decir que el tener celiaquía no se constituye en sí mismo como un factor de riesgo. Sin embargo, la mayoría de las personas con celiaquía se autoperciben en riesgo por su condición de base. Esta percepción podría generar daño emocional, advierten los especialistas. 

De acuerdo al estudio, liderado por el Centro Médico de la Universidad de McMaster de Hamilton (Ontario, Canadá), y que contó con la participación especial de Argentina (país que más participantes aportó), el promedio de casos Covid-19 positivos fue similar entre celíacos y no celíacos: 9,7% y 7,8% respectivamente; es decir ambos grupos por debajo del 10%. "Los resultados obtenidos son alentadores, sobre todo si se tiene en cuenta que la celiaquía puede estar asociada a condiciones concomitantes que podrían agravar el cuadro, como hipertensión arterial, enfermedad coronaria, arritmias, asma y diabetes tipo 1. De todas maneras, es preciso seguir investigando para conocer si esta tendencia que se observó durante los meses de marzo y junio continúa hoy día", comentó Edgardo Smecuol, expresidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (Sage) y coautor del estudio.

Sin embargo, de acuerdo a datos aún no publicados, el 56% de las personas con celiaquía que participaron del estudio percibe mayor riesgo de contraer Covid-19 por su condición de base. En Argentina este número llegó al 63%. Dato no menor, si se tiene en cuenta que sólo el 27% manifestó sentirse vulnerable frente a otras infecciones. "Es evidente que los pacientes le tienen miedo al Covid-19, incluso más que a otras infecciones a las que sí son susceptibles. Probablemente esta creencia se sustente en el hecho de que numerosos estudios sugieren que la celiaquía está asociada con enfermedades infecciosas respiratorias", agregó al respecto Smecuol.

Al analizar un poco más en detalle los resultados, se observó que la percepción de riesgo varió según zona geográfica. Los mayores índices se dieron en Estados Unidos (73%), Australia (67%) y Nueva Zelanda (65%), dejando en cuarto lugar a Argentina. Los menores, en España (19%) y Uruguay (23%). Estas diferencias probablemente tengan que ver con variables como la cultura de cada país, el clima político y la comunicación, además de la fase de la pandemia, las tasas de infección, la cantidad de testeos y las medidas de control. 

Si bien esta creencia no afecta al total de los pacientes (las mujeres y pacientes con comorbilidades son más propensos a percibirse vulnerables comparado con hombres y pacientes que siguen una rigurosa dieta libre en gluten), los especialistas coincidieron en que la percepción de riesgo puede causar angustia, ansiedad y depresión, además de impactar negativamente en la adherencia al tratamiento.

 

El estudio en Argentina

Actualmente Argentina está llevando a cabo un estudio para evaluar si la tendencia continúa y conocer el estado de situación en el país. Dicho estudio es liderado por el servicio de Intestino Delgado del Hospital C. Bonorino Udaondo y cuenta con la colaboración de la Sociedad Argentina de Gastroenterología y la Universidad de McMaster, Canadá. "Si bien el primer estudio demostró que no existía mayor probabilidad de una prueba positiva para Covid-19 en la población celíaca, pensamos que actualmente esa situación podría ser distinta al reportarse mayor número de casos", aseguró el Dr. Juan Pablo Stefanolo, médico de staff del Hospital Udaondo e integrante de la Comisión Directiva de SAGE. "Consideramos que este estudio aportaría información muy útil, no sólo desde el punto de vista epidemiológico, sino que también nos permitirá recabar mucha información acerca de otras cuestiones relacionadas con la enfermedad celíaca", enfatizó. Participan del estudio 3.900 personas, 67% personas con celiaquía y 33% en carácter de población de control. En cuanto a la dinámica, es similar al estudio liderado por el Centro Médico de la Universidad de McMaster: cuestionarios anónimos a través de redes sociales y contacto vía mail. Se estima que los resultados de la investigación estarán disponibles para el cierre del año.

 

 

  • Hay una falsa percepción sobre cuán controlado se tiene el asma

La mayoría de las personas que tienen síntomas creen que están bien y se acostumbran.

El 71% de quienes tienen síntomas frecuentes cree que tiene bien controlada su enfermedad y se resigna a vivir con síntomas limitantes, o usan en exceso los broncodilatadores de rescate y, aun así, consideran que el control de su enfermedad es "bueno" o "muy bueno", cuando en realidad no lo es. Desde la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (Aaaeic), remarcaron que en la actualidad el asma se puede controlar y alcanzar una mejor calidad de vida.

Estas cifras surgen de un estudio europeo publicado en 2019, que se llevó adelante en 4.274 pacientes con asma del España, Francia, Italia, Noruega, Países Bajos, Reino Unido y Suecia. Asimismo, una encuesta anterior, con 804 pacientes, en 2017 ya había mostrado que casi todos (97%) los que viven con asma grave no controlada consideran que sus síntomas limitan sus tareas diarias y 8 de cada 10 (83%) confirmaron que afectan sus relaciones personales. En ese mismo sondeo, llevado adelante por la Fundación Americana de Asma y Alergia, más del 50% de quienes viven con asma grave no controlada manifestó haber desarrollado depresión por no lograr un buen control de su enfermedad.

Si el asma no está bajo control, se pueden ver alteradas actividades de todos los días como subir escaleras, dormir de noche, tener mascotas, compartir espacios con fumadores, sentirse independiente, realizar bien el trabajo o tareas domésticas, seguirles el ritmo a los hijos, salir del hogar, tomar el tren o colectivo, hacer ejercicio de manera regular o disfrutar del aire libre.

"En el consultorio, a diario vemos lo mismo que muestran estos relevamientos internacionales: muchas veces, los pacientes se acostumbran a vivir con síntomas y consideran que tienen un buen control de su enfermedad, cuando en realidad su asma no está controlada y les impide realizar con plenitud diversas actividades. La buena noticia es que hoy se pueden controlar inclusive los casos más complejos", sostuvo Pablo Moreno, presidente saliente de la Aaaeic.

 

ESTADÍSTICAS

28  por ciento de los pacientes con asma hablaron con su médico para implementar un plan de acción personalizado, según un estudio inglés.

42  por ciento se reduce el riesgo de hospitalización, y 22% las visitas a una urgencia, en pacientes que adoptan un plan concreto de tratamiento.

339  millones de personas en el mundo viven con asma y se calcula que hasta 167 millones tienen asma de tipo 2, que se asocia con otras enfermedades.