El agua es la bebida saludable por excelencia. Y, además, en los lugares en que consumirla de la canilla es seguro, es la alternativa más económica y ecológica. Por eso, muchas personas optan por llenar botellas de vidrio y enfriarlas en la heladera para el consumo hogareño y utilizan otras más chiquitas, muchas veces de plástico, que recargan durante el día. Pero más allá de que el contenido sea agua, deben ser higienizadas con frecuencia para evitar la formación de hongos. ¿Lo estás haciendo bien?


“El agua no es estéril, por más que tenga cloro y sea sometida a un proceso de potabilización”, explican las expertas en inocuidad de alimentos, Mariana Koppmann, María Claudia Degrossi y Roxana Furman, autoras de Cazabacterias en la Cocina. Pese a que se trata de bacterias banales, no patógenas, es importante higienizar correctamente las botellas. Y aclaran que tampoco alcanza con refrigerarlas, ya explican que los hongos también crecen en la heladera.

Hay que colocar un poco de agua caliente (de la canilla) en la botella y muy poco detergente en una escobilla, con la cual se debe limpiar muy bien la boca y las paredes. Una vez realizado todo el movimiento con la escobilla, con una mano en cada extremo de la botella hay que agitar bien para eliminar los microorganismos. Luego, enjuagar bien. También hay que frotar bien el tapón con la escobilla.

Una vez concluido el lavado, también podés desinfectarla. "Para eso la llenás con agua y le ponés 3 gotas de lavandina por litro. Dejás 5 minutos y enjuagás", precisan.

Algunas botellas de vidrio suelen emanar olor a humedad después de un tiempo de uso. Para quitarlo, las especialistas aconsejan lavarlas con agua y bicarbonato y, luego de enjuagarlas, hervirlas.

En épocas de intenso calor, se intensifica la recomendación de mantener una buena hidratación (ver abajo). Y las botellitas de agua recargables cobran protagonismo. Van al gimnasio, al trabajo, acompañan en los trámites. A veces quedan olvidadas con restos de agua y al reencontrarlas puede haber vida en su interior.

Para que eso no ocurra, las botellas que no se utilizan deben lavarse con detergente, guardarse completamente vacías y destapadas para que se sequen por completo. Según las Cazabacterias, es preferible rellenarlas al momento de usarlas.

En cuanto a los bidones de 10 o 20 litros que se usan en los dispensers, las especialistas explican suelen estar aislados y que lo hay que chequear periódicamente son los cañitos de salida.