Se trata de uno de los grandes males que acongojan a las personas que viven en el siglo XXI: el síndrome del burnout. Pesadez mental, falta de energía y cansancio constante son tan sólo algunos de los síntomas de este agotamiento que lleva a que concentrarse en el trabajo sea cada vez más complicado y que afecta la vida personal de quienes lo sufren. El "burnout" es aún más fuerte en la época de las fiestas, donde las tareas parecen acumularse en demasía y las responsabilidades familiares abundan.
No hay dudas de que en la actualidad el agotamiento es una preocupación alarmante. Un relevamiento llevado a cabo con médicos alemanes reveló que el 50% de los profesionales de la salud estaba sufriendo de burnout, un síndrome que se caracteriza por la presencia prolongada de estrés producido por el trabajo y cuyos síntomas incluyen fatiga crónica e ineficiencia laboral. Los individuos manifestaron sentirse agotados durante todo el día, y que el sólo hecho de pensar en el trabajo antes de levantarse a la mañana los dejaba agotados.
El especialista en estrés Pablo Colica había explicado que "una de las características más comunes es que primero se empieza a perder el control sobre las emociones, estamos muy ansiosos o deprimidos, y esta depresión se manifiesta con un gran cansancio y fatiga que no tienen relación con el trabajo que se realiza. Por otro lado, aparecen cambios de carácter, como malhumor con las personas más cercanas".