Terminan las vacaciones y la vuelta al colegio supone varios cambios y readaptaciones para muchos chicos. Después de uno meses más relajados, sin obligaciones y con varias concesiones por parte de los padres y familiares, uno de los aspectos más importantes a atender es la alimentación en período escolar.
Muchos padres se muestran preocupados porque consideran que sus hijos no comen en forma muy saludable cuando están fuera de casa. Y es que en los colegios o en los kioscos cercanos a los establecimientos educativos, es común ver la oferta de snacks, golosinas y productos que nada contribuyen al correcto aporte de nutrientes que un cuerpo en movimiento y una mente en continua actividad de aprendizaje necesitan.
Además, es importante tener presente que la alimentación en la infancia es clave para prevenir el sobrepeso en la adolescencia y adultez. Debido al desgaste energético que sufren los chicos por las actividades escolares, es indispensable cuidar lo que comen y planificar inteligentemente sus viandas al momento de retomar las clases.
La nutricionista Delfina Fahey explicó que está demostrado que omitir el desayuno interfiere en los procesos de aprendizaje y concentración. Por eso, los niños no deben salir de sus casas sin esa comida.
Un desafío más allá de las comidas rápidas
La alimentación de los escolares es un desafío que debe ir más allá de la practicidad de las comidas rápidas. La importancia del desayuno, el almuerzo y los snacks.
Está estudiado que una nutrición inadecuada durante los primeros años de vida afecta el rendimiento y el desarrollo intelectual de los chicos y puede disminuir hasta 15 puntos el nivel del coeficiente intelectual.
“Si no se alimenta bien el niño, este no solo aprende de manera inadecuada sino que su relación con el entorno a través del juego o el apego también es menor”, remarcó a Infobae la licenciada en Nutrición Teresa Cóccaro, responsable del área en INEBA.
“La alimentación es un acto voluntario y consiente por lo que debe ser un acto educativo. El niño aprende por patrón de repetición, volviéndose esta acción una responsabilidad tanto de los padres como de las escuelas. Los chicos no deben hacer dieta, sino aprender a comer sano”, agregó la especialista.
Según explicó la experta, uno de los principales retos de los padres es enseñarles acerca de la importancia de las porciones, buscar el tiempo para diseñar el menú en familia o como parte de una actividad de la escuela, armar con el menor un menú saludable.
Tanto en el hogar como en el colegio se les debe enseñar a niños y jóvenes a alimentarse de manera variada y equilibrada, haciendo hincapié en una correcta selección de alimentos con el objetivo de cubrir las necesidades nutricionales y asegurando que el chico crezca sano.
Cuatro comidas nutritivas
Los chicos en edad escolar deben realizar cuatro comidas al día que incluyan todos los grupos alimentarios: lácteos descremados y derivados (como el yogurt), carnes magras y huevo, frutas y verduras, cereales (pan, galletas, pastas y arroz), aceites y azúcares (endulzantes light), eligiendo como principal hidratación el agua.
“El nutriente más importante en el crecimiento y en el desarrollo intelectual y cognitivo de los niños es el hierro, por lo que su alimentación debe contemplarlo para que no se produzcan anemias o se produzca una baja en el desempeño educativo y el aprendizaje. Está presenten en animales (carnes, huevos y lácteos fortificados) y en vegetales de hoja verde y legumbres. La recomendación es que se consuma todos los días”, precisó.
“Si bien desde hace varios años las escuelas y los clubes donde se llevan a cabo las actividades escolares o deportivas tienen los llamados kioscos saludables, en los cuales, por ley, debe haber opciones de alimentos saludables bajos en grasa y sodio que puedan servir como colaciones o remplazos de almuerzos o meriendas durante la actividad lectiva o deportiva, aún más importante es saber armar la vianda que los chicos se llevan de casa”, agregó la nutricionista.
La importancia del desayuno
El desayuno es la comida más importante del día aunque paradójicamente es la que se omite con más frecuencia. Su consumo regular se ha asociado a mejores rendimientos académicos y mejores habilidades sociales.
Es un buen marcador de un estilo de vida saludable y, por tanto, puede influir positivamente en la prevención de la obesidad infanto-juvenil. El mismo debe estar conformado por todos los grupos alimentarios.
Lácteos: 1 vaso de leche o 1 vaso de yogurt
Carbohidratos: pan integral o de salvado / rapiditas integrales con queso y mermelada / almohaditas de avena/ barrita de cereal/copos de maíz o copos con fibra. De vez en cuanto incluir un alfajor; budín; alguna torta que al niño le guste; galletitas dulces (siempre controlando y enseñando la importancia de la porción justa).
Fruta fresca o frutas secas
Recomendaciones para el almuerzo y los snacks fuera de casa
Si el colegio cuenta con un comedor para el almuerzo, el mismo debe estar supervisado por un nutricionista. Sin embargo, si el niño debe llevar vianda se recomienda que sea saludable y siempre controlando la porción.
-Platos principales: sándwiches en pan integral de pollo, carne roja, queso o huevo y vegetales; tartas de verduras, empanadas de verdura o choclo; budín de verduras y queso; ensaladas a base de pollo, huevo, arroz, fideos, legumbres y vegetales de estación
-Colaciones para el recreo: frutas frescas de estación o frutas secas; yogurt con frutas o con cereales.
-Snacks saludables: Tita, turrón, barrita de cereal, oblea de arroz bañada en chocolate, golosinas (en porción individual).
“Una alimentación saludable debe estar acompañada por actividad física recreativa que le permita al niño crecer saludable y divertirse. Los hábitos saludables es lo que deberá aprender a mantener en el tiempo y de esta manera evitar a futuro enfermedades asociadas al sobrepeso; la obesidad y las enfermedades cardiovasculares”, finalizó Cóccaro.
Otros cuidados a tener en cuenta:
-Condiciones de seguridad alimentaria como cocción, conservación y temperatura de los alimentos.
-Hábitos y gustos de los chicos, por ejemplo: una vianda con brócoli o pescado, probablemente regrese a casa intacta.
-Preparar la comida el día anterior y llevar a heladera. Las loncheras conservan el frío, no refrigeran. Por eso es importante que al colocar la comida en la misma, ésta se encuentre previamente refrigerada.
-Guardar los alimentos que van a la heladera en recipientes poco profundos, para acelerar el proceso de enfriamiento.
-Lavar bien las frutas, sobre todo si acostumbran a comerlas con la piel.
-No reutilizar los alimentos que hayan sobrado de la vianda para preparar el menú del día siguiente. De esta manera se evita traspasar posibles bacterias que hayan proliferado a lo largo de todo el día en los alimentos. Recordar que las loncheras conservan la temperatura durante un tiempo aproximado de entre 6 a 8 hs.
Algunos ejemplos de viandas para el inicio escolar:
-Sándwich de pan árabe o lactal blanco o integral con pollo o carne vacuna o atún y lechuga, tomate, con queso blanco untable en lugar de mayonesa
-Arroz tipo primavera, con pollo y verduras
-Wok de verduras y pollo
-Milanesas de pollo o vaca o con ensalada o papitas y calabaza al horno.
-Hamburguesas caseras acompañadas con ensaladas varias
-Tarta o empanadas con rellenos caseros de choclo, zapallitos, calabaza, espinaca procesada con queso, pascualina, o de pollo o atún
-Croquetas de verdura y queso ó de arroz y vegetales
-Tortilla en variedades: de papa, zapallitos o espinaca
-Ensaladas con fideos tirabuzón o guiseros y pollo, y el agregado de alguna verdura, trocitos de queso u otros ingredientes
-Pollo al horno con verduras (tomate cherry como guarnición)
-Revuelto de zapallitos y cebollitas con graten de salsa blanca y queso rallado
-Omelette de queso y ensalada
-Pizza acompañado de alguna verdura