Más tiempo al aire libre, mayor exposición al sol, cambio de rutinas, de paisajes, actividades nuevas: el combo vacaciones puede incluir todo eso. Y también algunos riesgos que pueden empañar el que es, para la mayoría, el momento más esperado del año.

 

Anticipación y prevención son dos conceptos claves que ayudarán a reducir esos riesgos, ya sea en el mar, en la montaña, en una pileta, en la plaza o simplemente en el patio de casa.

 

En caso de viajar, "es fundamental ante un problema médico saber a quién llamar. Para esto, antes de llegar al destino es importante conocer el número local de emergencias médicas y la ubicación de los hospitales más cercanos. Si algún miembro de la familia se encuentra bajo tratamiento médico que requiera una medicación constante, llevar lo que habitualmente toma en cantidad suficiente para que el tratamiento no se interrumpa. Puede suceder que la medicación no se encuentre disponible en el lugar de destino o se requiera de una prescripción médica para comprarla. En estos casos, resulta útil que el médico pueda realizar una receta extra", apunta Gelpi, instructor de RCP Básica de la Fundación Cardiológica Argentina.

 

El especialista de la FCA -donde se brindan cursos de RCP durante todo el año- elaboró una serie de consejos con precauciones e indicaciones sobre cómo actuar ante urgencias en diferentes ámbitos.

 

En el agua

 

  • Si las vacaciones son en la playa, el lago o la pileta, evitá dejar a los chicos cerca del agua sin supervisión. Verificá que haya guardavidas. El ahogamiento es una situación grave y frecuente en niños de corta edad, que requiere la asistencia inmediata de un servicio de emergencias médicas.

 

  • Ante un eventual ahogamiento, si la persona está consciente, llamá a la ambulancia para que un médico la evalúe; el equipo de emergencias orientará de acuerdo a las características que haya tenido la exposición al agua. Si la persona quedó inconsciente, hay que pedir ayuda inmediatamente y comenzar a realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).

 

  • Es también "altamente recomendable que al menos una de las personas del grupo haya tomado un curso de primeros auxilios y RCP. Esto permitirá atender con seguridad este tipo de situaciones. Tan solo unas horas del día brindarán un conocimiento para toda la vida", afirmó.

 

El guardavidas, una presencia fundamental en la playa.

 

  • En algunas zonas, las medusas o aguavivas son un compañero de playa no muy deseable y el contacto con ellas es muy doloroso. En estos casos, se recomienda lavar la zona con vinagre por al menos 30 segundos para despegar los elementos irritantes adheridos, y sumergir la zona en agua lo más caliente que se tolere por 20 minutos o hasta que calme el dolor.

 

Al aire libre

 

  • Si el plan implica acampar es recomendable llevar repelente, cremas con filtro solar y consultar al médico previamente sobre qué medicación es la adecuada ante reacciones alérgicas o una crisis repentina de asma.
Repelente y protector solar, indispensables en planes al aire libre.

 

  • Es muy común que se produzcan picaduras de insectos. Si bien la mayoría solo causan un poco de dolor, picor e inflación en la zona afectada, algunas pueden ser graves si se padece alergia o el insecto inyecta veneno. En estos casos, limpiá la picadura o mordedura con abundante agua y jabón, enfriá la zona con hielo enrollado en un paño y llamá inmediatamente a la ambulancia.

 

  • Evitá el consumo de frutas silvestres o tomar agua de ríos o arroyos. Existen en el mercado elementos que pueden adicionarse al agua o filtros para purificarla.

 

Ante un golpe de calor

 

  • El golpe de calor es una situación que puede poner en riesgo la vida. Si el afectado es un chico, sumergirlo en agua fresca o rociarlo con ella. Si puede tragar, lo ideal es darle alguna bebida (preferentemente de las deportivas) y pedir ayuda al sistema de emergencias médicas local.
Es clave mojarse con agua fría y beber líquidos.

 

Ante una hemorragia

 

  • La manipulación descuidada de objetos cortantes puede ocasionar problemas a veces difíciles de resolver aún con el tratamiento adecuado. Lo primero a recordar para el tratamiento de una hemorragia externa (aquella en la que podemos ver el lugar que sangra) es comprimir el sitio de sangrado. La mayoría de las hemorragias cederán luego de comprimir el lugar que sangra por 10 a 15 minutos. En caso de lesiones superficiales podremos también lavar la herida con abundante agua limpia y poner algún antiséptico. Es probable que hayamos escuchado decir que se debe poner azúcar u otros elementos caseros sobre la lesión. Nada de esto es necesario, útil ni recomendable.

 

  • Es muy importante colocarse elementos de protección individual (como guantes) para no exponerse a potenciales contagios.

 

  • La utilización de torniquetes será necesaria cuando el sangrado sea en una extremidad y la compresión local no sea suficiente para detener el sangrado.
Si sangra la nariz, la cabeza va hacia adelante, no hacia atrás.

 

  • Algunos sangrados, como el de la nariz, son espontáneos y requieren atención. En estos casos, también se deberá comprimir, esta vez en los lados de la nariz, en la parte blanda de ella. No será necesario colocar algodón ni ningún elemento dentro. Tampoco llevar la cabeza hacia atrás, dejarla en la posición habitual o un poco hacia adelante es mejor.

 

  • En los casos de sangrado por objetos incrustados, es importante no retirarlos y llamar al sistema de emergencias médicas.

 

  • Las hemorragias internas muchas veces son resultado de grandes traumatismos, como lesiones por caída de altura, o relacionados con accidentes vehiculares. En estos casos, la persona puede sangrar aunque no se vea y debe ser asistida inmediatamente. Por ello, se deberá llamar inmediatamente a la ambulancia y no mover a la persona innecesariamente; siempre seguir las indicaciones que den los profesionales de la salud.

 

Ante un atragantamiento

 

  • Es muy importante que alguna de las personas de la familia conozca las maniobras para asistir a quienes se atragantan. La maniobra de compresión en el abdomen o maniobra de Heimlich es una acción sencilla y fundamental para actuar en este tipo de situaciones.

 

  • Los bebés también pueden atragantarse, y hay que estar entrenado para saber cómo actuar con ellos.

 

Conocer técnicas de RCP y la maniobra de Heimlich puede ayudar a salvar vidas.

 

 

Fuente: Clarín