Dormir mejor de noche quizá sea tan simple como abrir un poco una ventana o una puerta del dormitorio, según sostiene un estudio académico reciente.
Investigadores holandeses utilizaron métodos de alta tecnología para seguir los movimientos nocturnos de 17 voluntarios con un buen estado de salud a lo largo de cinco noches. Algunos de los participantes durmieron con una puerta o una ventana abierta en la habitación, lo que permitió una mejor ventilación del cuarto, mientras que otros no lo hicieron.
Los expertos concluyeron que las habitaciones mejor ventiladas tenían unos niveles más bajos de dióxido de carbono en el aire (los humanos exhalan el CO2 de forma natural), y eso pareció vincularse con un mejor sueño, según el equipo dirigido por Asit Kumar Mishra, investigador ambiental de la Universidad de Tecnología de Eindhoven.
“Niveles más bajos de dióxido de carbono en el dormitorio implicaron un mejor sueño, una eficiencia del sueño y menos momentos de vigilia”, reportó el equipo de Mishra en la edición del 22 de noviembre de la revista Indoor Air.
“Este estudio nos recuerda que no todas las habitaciones son iguales, y que la calidad del sueño sin duda se ve influenciada por las propiedades físicas de nuestro entorno de noche”, afirmó el Dr. Steven Feinsilver, director del Centro de Medicina del Sueño del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.