El cáncer de cuello uterino es el responsable del 10% de los tumores malignos y una de las dos grandes problemáticas que afectan a la mujer junto con el cáncer de mama. En nuestro país se diagnostican miles de casos nuevos por año, y gracias al aumento de la realización del Papanicolaou -examen que puede encontrar cambios en el cuello uterino antes de que se origine un cáncer- la tasa de mortalidad disminuyó significativamente. 

Esta patología se vincula, principalmente, a las posibles infecciones del cuello uterino causadas por el virus de papiloma humano (VPH), el mismo que es capaz de causar la aparición de verrugas comunes y altamente contagiosas en cualquier parte del cuerpo, y que es la infección vírica de transmisión sexual más frecuente.

El 70% de las mujeres sexualmente activas han estado, incluso sin saberlo, expuestas a este virus en algún momento de sus vidas. El virus puede desaparecer sin problemas al término de 2 años, sin embargo, muchas mujeres no lo eliminan y corren riesgo de padecer serias lesiones.

“El VPH afecta a personas jóvenes sexualmente activas, tanto a hombres como mujeres, aunque a las mujeres en mayor medida. Existen más de 100 tipos de virus de VPH, entre los que se encuentran los denominados de "alto riesgo" que están presentes en el 99,7% de los cánceres de cuello uterino, por lo que la infección por VPH es un factor que eleva las probabilidades de contraer cáncer de útero” mencionó el Dr. Ernesto Crescenti, médico e investigador.

Es vital estar atentas a los signos de alarma como: manchas de sangre o sangrado leve entre o después de la menstruación, sangrado menstrual que es más prolongado y abundante que lo habitual, sangrado después del tener relaciones sexuales, el lavado genital o el examen pélvico, mayor secreción vaginal, dolor durante las relaciones sexuales, sangrado después de la menopausia y dolor de espalda y/o pélvico persistente y sin razón aparente.

Existen estudios capaces de detectar esta afección y acceder de forma temprana al diagnóstico como el Papanicolaou (prueba que permite detectar alteraciones incipientes del cuello uterino indicativas de un posible riesgo), la Colposcopia (examen ginecológico específico que permite visualizar el cuello del útero para buscar posibles lesiones premalignas) y el Test de Captura Híbrida 2 (técnica de biología molecular que permite detectar la presencia de los 13 tipos de VPH considerados de alto riesgo oncogénico, antes incluso de que existan alteraciones visibles). Todas pruebas sencillas e indoloras que permiten detectar, con una certeza superior al 98,5%, la presencia de lesiones premalignas.

Consejos para prevenir:

Chequeos anuales: Las mujeres que hayan comenzado su vida sexual deben visitar periódicamente al ginecólogo y efectuarse los estudios anuales de rutina.

Vacunación: La vacuna fue incorporada al Calendario Nacional de vacunación en el 2011 y debe aplicarse en forma gratuita y obligatoria a las niñas entre 11 y 16 años que no hayan estado expuestas al virus VPH.

Cuidados sexuales: Siempre debe promoverse el uso de preservativos, que no solo pueden reducir el riesgo de contraer VPH, sino también, otras enfermedades de transmisión sexual.

“El diagnóstico precoz es fundamental para disminuir la tasa de mortalidad. Es necesario tomar conciencia de los riesgos que puede provocar y recordar que, con la realización de los controles periódicos y una detección temprana, la incidencia de este tipo de patologías puede prevenirse” concluyó el Dr. Crescenti.

 

* Fuente: Dr. Ernesto Crescenti (MN: 50.776). Médico, investigador y Director del Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti.  Acerca del Instituto de Inmuno Oncología Dr. Ernesto J. V. Crescenti: Ámbito multidisciplinario dedicado a la prevención, diagnóstico y tratamiento de pacientes con cáncer y pacientes diagnosticados con enfermedades en las cuales se presenta una alteración del sistema inmunológico.