El impacto de las malas noticias puede resultar devastador para nuestra salud. La Universidad de Harvard señala que un enorme estrés súbito, como la noticia del fallecimiento de un ser querido o experimentar un terremoto, puede desencadenar un torrente de hormonas de estrés.

 

El padecimiento se llama cardiomiopatía por estrés. De acuerdo con el experto Patrick J. Skerrett, ocurre por “un debilitamiento del ventrículo izquierdo”, la cámara de bombeo principal del corazón. “La parte inferior del ventrículo izquierdo se dispara cada vez que late el corazón”.

 

Una mujer llora desconsolada tras el sismo en México, el pasado 19 de septiembre. Foto: EFE

 

Llamarla “síndrome del corazón roto” es limitado, porque también puede presentarse tras episodios de miedo, dolor severo o, incluso, algo que emociona para bien en demasía, como ganar la lotería.

 

No hay forma de luchar contra las malas noticias

 

La universidad estadounidense señala que la cardiomiopatía por estrés presenta signos similares a los de un ataque cardíaco: dolor en el pecho, el brazo izquierdo, la mandíbula o la parte superior de la espalda; sensación de falta de aire o aturdimiento; la aparición repentina de náuseas, mareos o sudor frío.

 

“El tratamiento de la cardiomiopatía por estrés generalmente implica el uso de medicamentos que protegen el corazón, como los betabloqueantes, los inhibidores de la ECA y los diuréticos.

 

En el transcurso de una semana o más, el ventrículo izquierdo recupera su potencia de bombeo”, señalan.

 

El infarto miocardio es distinto. Tiene su raíz en el colesterol acumulado dentro de las arterias. Ante una situación sorpresiva, puede conducir a un ataque al corazón de dos maneras: causando la explosión de la placa o desencadenando un ritmo cardíaco peligroso.

 

Está demostrado que el estrés súbito de terremotos, guerras provoca un aumento de cardiomiopatías, señala Harvard.

 

Con información de Viva USA