Sin dudas los dulces son una tentación. Pero todos sabemos que un excesivo consumo de ellos, como de azúcar, favorece el desarrollo de sobrepeso, enfermedades cardiovasculares, diabetes (en algunos casos), obesidad y caries dentales. Entonces aparecen los edulcorantes como una alternativa al azúcar y cada vez más productos los incluyen.

 

Los especialistas recomiendan consumir, tanto azúcares como edulcorantes, en cantidades moderadas, para mantener siempre una alimentación saludable. Muchos creen que lo ideal sería tratar de acostumbrarse a consumir poco a poco los alimentos sin agregados y con su sabor natural.

 

El término “edulcorante” no implica que sea un endulzante que no aporta calorías. Los edulcorantes son todas las sustancias que agregan sabor dulce y pueden ser nutritivos o no.

 

Edulcorantes nutritivos

 

Son naturales y siempre aportas calorías. En este grupo están el azúcar, la miel, los jarabes y la fructosa. El azúcar blanca es la sacarosa natural obtenida de la caña de azúcar o de la remolacha azucarera. Brinda “calorías vacías”, ya que sólo aporta energía. Por eso, debemos consumir todos los edulcorantes nutritivos con moderación.

 

Edulcorantes no nutritivos

No aportan calorías y en su mayoría son artificiales. Forman parte de este grupo la sacarina, el ciclamato, el aspartamo, acesulfame K, el esteviósido y la sucralosa. De ellos, sólo el esteviósido es natural.

 

Edulcorantes sin calorías uno por uno

 

La sacarina endulza 300 a 500 veces más que el azúcar, sirve para cocinar, pero deja un sabor amargo.

 

El ciclamato es 40 veces más dulce que el azúcar y suele utilizarse combinado con la sacarina. Ambos se encuentran en alimentos “light” como frutas en lata, gaseosas, mermeladas, galletitas dulces dietéticas y jugos para diluir y en polvo comunes y bajos en calorías.

 

El aspartamo es el único que aporta calorías al igual que el azúcar, pero como es 200 veces más dulce se usa en muy pequeñas cantidades, por lo que su aporte calórico resulta insignificante. No es adecuado para cocinar ya que pierde su dulzura con el calor. Tampoco es recomendable para personas con fenilcetonuria,

 

El acesulfame endulza igual que el aspartamo, pero a diferencia de él, éste sí es apto para cocinar. En altas concentraciones puede dejar sabor metálico. Ambos suelen encontrarse en alimentos bajos en calorías como gaseosas, aguas saborizadas, postres elaborados y en polvo, yogures descremados, jugos preparados y en polvo, mermeladas, golosinas sin azúcar y frutas en lata.

 

El esteviósido es natural y se obtiene de las hojas de stevia, una planta. Es 300 veces más dulce que el azúcar y se puede usar para cocinar. Es ideal para diabéticos y naturistas. Se encuentra como edulcorante de mesa, en cereales para desayuno y en algunos alimentos dietéticos como postres y cacao en polvo.

 

La sucralosa es un derivado de la sacarosa. Es 600 veces más dulce, no deja sabor metálico y puede usarse para cocinar. Está presente en barras de cereal, mermeladas, postres light elaborados yogures descremados, aguas saborizadas, jugos preparados bajos en calorías y chicles sin azúcar.

 

Muchos de los alimentos o productos “light” y “dietéticos”, destinados a personas diabéticas, tienen edulcorantes no nutritivos. Es conveniente leer bien las etiquetas antes de comprar.

 

Según recomiendan los nutricionistas, la clave está en no abusar del consumo de alimentos “light” para no sobrepasar la Ingesta Diaria Admitida (IDA) de los edulcorantes y, si elegimos edulcorantes de mesa, es preferible optar siempre por los naturales.