Buenos Aires, 27 de abril.- El sábado por la tarde, y con el terror que sentía según confesó, Fernanda Vives ingresó al quirófano de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina para corregir una deformidad en una de sus lolas. Esa fue la cuarta ocasión en la que Fernanda intentaba solucionar la molestia estética que se estaba convirtiendo en un agudo dolor físico. Esta vez, decidió hacerlo en la prestigiosa clínica y en manos del cirujano Cristian Pérez Latorre, quien, al intervenir a la vedette, descubrió que no se trataba sólo de un pliegue en el implante sino que también de algo mucho peor, e incluso posiblemente mortal.
Mientras Vives se recupera en reposo y bajo el efecto de los sedantes, recopilaron los testimonios de Eugenia, la amiga que la cuida en estos momentos, el de Rogelio Widmer, su padre, quien la acompañó en el duro momento, y el de Pérez Latorre, quien la intervino.
“Fernanda llegó a mi consultorio hace un mes con un problema estético. En el polo inferir de una de sus mamas había una deformidad, una protuberancia que su cirujano anterior había intentado reparar tres veces sin exito. Me sorprendió enterarme de esto porque cuando hay una deformidad así, si el cirujano es realmente experto en esto y tiene los conocimientos bien establecidos, tiene que saber podría ser señal de algo mucho mas grave que una deformidad en la prótesis”, advirtió Pérez Latorre.
Luego de los estudios correspondientes que indicaron que efectivamente había una alteración en la prótesis, al momento de intervenir a Vives, el panorama cambio drásticamente: “Cuando la abrí no sólo confirmé que había una alteración de un pliegue de la prótesis sino que estaba totalmente rota, reventada y que el gel de siliconas se le estaba desparramando por el músculo pectoral mayor”, explicó.
“El riesgo que implica ese material dando vueltas por su cuerpo y detrás del músculo es enorme. La prótesis está apoyada en la jaula toráxico y por debajo de ella está en pulmón por lo que se podría haber esparcido hacia ese órgano de no haber sido detectado a tiempo. Eso podría haberle causado complicaciones reumáticas y hasta un futuro tumor”, advirtió.
Al encontrarse con este panorama el cirujano decidió prolongar la operación varias horas más para reconstruir un plano, sacar el material esparcido, hacer el raspaje correspondiente y finalmente cambiarle la prótesis. Por esta razón una cirugía que podría haber durado dos horas terminó durando cinco. Y quien sintió el paso del tiempo como una tortura fue sin dudas Rogelio, el padre de Fernanda que la aguardaba a la salida del quirófano.
“Se suponía que iba a salir en dos horas, a las dos horas y media yo ya estaba preocupado, a las tres sentí que me moría y a las cuatro directamente casi entro al quirófano a buscarla” confesó Rogelio aún asustado. “Me enojé mucho, estba muy angustiado, siento que este fin de semana no viví, que estoy cayendo ahora, fue una tortura”.
"Después de una eterna espera, cuando salió del quirófano la encontré muy debil. Me conmovió verla a mi hija, a Fernanda Widmer, porque para mi no es Vives sino Widmer, dando saltos del frío en la camilla. Estaba helada y completamente tumbada por la anestesia. Nunca nos imaginamos que iba a estar tanto tiempo dormida y siendo intervenida, fue una pesadilla”, dijo.
Afortunadamente los médicos le explicaron al instante la razón de la demora y el Señor Widmer se tranquilizó: “Entendí que los médicos estaban ocupados de solucionar el panorama con el que se habían encontrado y ahí agradecí el hecho de que hayamos dado con buenos profesionales y una clínica preparada para estas situaciones ”, explicó.
Pero rapidamente el padre de la vedette entró en otra etapa: “quiero matar a trompadas al doctor Gustavo Sampietro que fue el encargado de operar las veces anteriores. Realmente quiero matarlo a él y a la gente de su clínica” aseguró indignado y anticipó que comenzará acciones legales.
“Las siliconas están como chicles, rotas, desinfladas. Es probable que esto se haya producido por una mala practica del cirujano anterior. Si la silicona es de buena calidad no tiene por qué romperse pero a veces esto sucede porque los cirujanos la pellizcan cuando la colocan o muerden la prótesis cuando la suturan, pinchandola sin querer. Esto que es leve al principio puede ser un desastre después” denunció Peréz Latorre.
En estos momento Fernanda Vives reposa en la casa de su pareja Sebastián Covelli cuidada por una amiga. “Ella está muy shockeada y sedada por lo cual todavía no pudo hablar claramente del tema pero está al tanto de lo que pasó”, dijo su amiga.
“Nosotros lo que menos necesitamos en estos momentos son problemas legales. Bastante tenemos con los problemas con La Tota y otras cuestiones personales muy graves. No es la idea sacar tajada de esto pero no vamos a permitir bajo ningún punto de vista que el responsable de esto siga su vida como si nada cuando la nuestra, este ultimo fin de semana, fue un infierno” concluyó el padre de Fernanda.
