"Nos conocimos hace muy poco y estoy re jugada", dijo Mina Bonino a Teleshow, luego de viajar a España para iniciar una convivencia con su novio, Federico Valverde, mediocampista del Real Madrid. Si bien saltó a la fama por contar las noticias meteorológicas en un canal de deportes, por sus producciones de fotos y por su paso por programas de espectáculos, la periodista confesó que solía padecer los "chimentos". " ¡A mí me sacás del fútbol y no entiendo nada!"… Y así fue como terminó de novia con un jugador.
—¿Era lógico entonces que te pondrías en pareja con un jugador?
—Sí, la verdad es que me enganché con un futbolista y estoy muy contenta. Siempre digo que si uno es abogado y va mucho a tribunales, lo más probable es que se enganche con otro abogado o un juez. Como yo voy mucho a la cancha, lo más seguro era que terminara con un jugador de fútbol. ¿O no?
—Es tu ámbito…
—Obvio. Aparte, a mí siempre me gustaron físicamente los futbolistas. Y estoy todo el día mirando partidos. Así que, por lo menos, mi novio tenía que ser un hombre al que le gustara mucho el fútbol.
—Vos venías de un derrotero amoroso, ¿cómo comenzó tu historia con Valverde?
—Yo siempre me hice la que sufría por amor, pero este último tiempo no sufrí mucho, en realidad. La relación con mi ex se terminó hace un año. Y estaba sola, cosa que sí me molesta. Pero no estaba mal. Y a Federico lo conocí hace muy poco, por Instagram.
—¿Cuánto es poco?
—Unos dos meses… Todo el mundo piensa que estoy con él desde diciembre, porque para esa fecha yo viajé a Madrid a ver a River. Pero la verdad es que, personalmente, lo conocí hace poco. Nosotros veníamos chateando y, en algún momento, teníamos que vernos. Pero para eso no había un punto medio: sí o sí, yo tenía que viajar a España.
—¿Entonces te mandó los pasajes y fuiste?
—Claro: viajé especialmente para conocerlo.
—¿Tipo cita a ciegas?
—Yo creo que no lo pensé. Cuando iba caminando para el avión pensaba: "No escuché ni la voz de este pibe". Como a mí no me gusta que me manden audios, siempre nos escribíamos. Y en un momento me imaginé que tenía la voz finita…
—No es sólo la voz: por más que te guste en fotos, puede ser que la química no exista.
—Obvio: podía no haber piel. Y también podía ser que fuera un goma terrible y no me gustara. Pero salió todo más que bien.
—¿Cómo fue el primer encuentro?
—Yo bajé del avión a las 5:30 de la mañana, sin haber dormido nada. Y al principio no lo encontraba. Hasta que vi a uno con una capucha y dije: "Debe ser este". Y sí, era él. Ahí me dio un abrazo, empezamos a hablar y la verdad es que me la hizo muy fácil.
—¿Te alojaste en la casa de él?
—Sí. ¡Yo estaba re jugada! Igual, tengo a unos amigos viviendo en España y ya les había dicho que, si algo salía mal, iban a tener que bancarme. Pero salió todo mucho mejor de lo que yo esperaba.
—¿Entonces?
—Decidí irme a vivir con él a Madrid.
—¿Dejaste tu carrera?
—No del todo, porque conseguí trabajo en un diario de España cubriendo los partidos del Real Madrid, así que voy a seguir haciendo algo relacionado al fútbol. Pero sí dejé todo lo que estaba haciendo en la Argentina.
—Otra apuesta jugada…
—Sí, pero lo bueno es que no me voy sin nada cerrado. Mi miedo era quedarme allá patas para arriba, sin trabajar. Pero voy a estar yendo a la cancha y mirando todos los partidos de él, así que estoy re contenta. Porque, además, voy a estar cerca de todos esos estadios que siempre quise conocer.
—¿Y hay planes de casamiento?
—Todavía no. Pero dentro de un tiempito puede ser, sobre todo, por el tema de la residencia.
—O sea que la cosa viene en serio…
—Súper en serio. ¡Ya está!
—Mirá que la vida de las botineras es difícil porque, más allá del shopping, en general no pueden establecerse en ningún lado…
—Yo mucho shopping no voy a hacer, porque soy muy clásica y siempre ando con la misma ropa. Sí es duro eso de no tener un lugar estable, ya que cada seis meses al jugador lo pueden ceder y la mujer lo tiene que acompañar. Pero bueno, eso es algo que se sabe previamente y yo lo acepto.
—Tu familia y tus amigos, ¿no te dijeron que es muy jugado?
—Sí, me dijeron que estaba "loca" desde el día que supieron que iba a viajar especialmente para conocerlo. Pero yo les dije: "Si no me arriesgo, nunca voy a saber si es o no mi destino". Y hoy están contentos de verme feliz.
Mina había lanzado la semana pasada en la Argentina la cápsula de máscaras de pestañas PWR GRL, un proyecto que la tenía muy entusiasmada.
—Es una locura, porque yo no me maquillo… Salgo a la calle recién bañada. Pero Flor Baragiani me propuso hacer una línea de maquillaje. Y a mí se me ocurrió que, como tengo las pestañas largas y a todas las chicas les gustan, podía sacar unas máscaras que hagan que las suyas se vean como las mías. Es una cosa totalmente diferente a lo que venía haciendo.
—Era algo diferente, como cuando estuviste en programas de espectáculos…
—La verdad es que esos programas los padecía. Me costaba mucho enterarme de las noticias para poder estar a la altura de mis compañeros, que estaban todo el día metidos en el mundo del espectáculo.