Cuando Flor Vigna (25) se separó de Nico Occhiato, tras cinco años de noviazgo, naturalmente sintió que el mundo se derrumbaba. Como cualquier mujer, la talentosa actriz necesitó hacer su duelo, llorar y pensar. Por su cabeza ni pasaba la idea de volver a enamorarse. Pero entonces sí, cuando se sintió mejor, como se dice comúnmente, logró barajar y dar de nuevo. Y, finalmente, pudo soltar.


“A mí me hizo daño esa separación, por lo lindo que fue lo que vivimos. Compartimos cinco años hermosos. Tuve mi duelo porque valió la pena”, dijo durante una visita a Intrusos. “El soltar es un ejercicio, no es que apretás un botón y listo. Nico me enseñó a amarnos y también a amarse a sí mismo. El eligió priorizarse. No me lastima que esté con mujeres hermosas, porque ahora estoy con otra persona y me gusta. Tuve momentos de soledad e insomnio”, se sinceró.

Hoy las cosas cambiaron para ella. A la par que disfruta de su carrera, en franco ascenso, volvió a abrirle la puerta al amor. Y aunque trabajo y amor parezcan cosas diferentes, en su caso no lo son. Es que la actriz que sobre las tablas la está rompiendo con la obra teatral Una semana nada más, junto a Nico Vázquez y Benja Rojas, y que se perfila como una de las posibles ganadoras del Súper Bailando, se animó a dar varios pasos más en su relación con su coach del certamen, Mati Napp (31).

Si bien al comienzo de la relación Flor prefirió no admitir que estaban saliendo, después eligieron blanquear y no ocultarse. “Hoy Mati me hace muy bien y elijo concentrarme en el presente. Mati es alguien que me acompaña pero no tiene rótulos. Es una persona que le hace muy bien a todo aquel a quien tiene a su alrededor. Te alienta a soñar. Es muy coach en la vida, una hermosa persona”, explicó.

Escapada romántica. En plan de pasar unos días alejados del trabajo, y aprovechando que Showmatch se emitió grabado, la bicampeona del certamen y su novio viajaron a Uruguay. Fueron invitados por el prestigioso Hotel Enjoy Punta del Este para descansar y relajarse antes de enfrentarse a las instancias finales del exigente concurso de baile.


En la bella ciudad charrúa, la pareja disfrutó del mar de Playa Mansa. Recostados en la arena, charlaron, rieron y se mimaron como lo que son: dos enamorados. Dentro del complejo, Flor y Mati se deleitaron con las delicias del restaurante Las Brisas, mientras conversaban y planificaban qué harían al día siguiente. Durante su última aparición en el Bailando, previo al viaje a Uruguay, la actriz había hecho una profunda declaración.

“Estamos re bien. No somos novios porque elegimos respetarnos en este momento… El no es celoso. Sí tenemos trabajos diferentes y diferencias que tienen que ver con otras cosas, pero no llegan a peleas. Es un hombre que me dice ‘linda’ y me exacerba ese lado mío”, había dicho. “Estoy súper enamorada. Hay veces que queremos tomarnos nuestro tiempo… Pero lo quiero decir”, había agregado.

Acaso sus palabras confirmaron lo que días atrás dijo a través de las redes. “Estoy en cambio continuo, aprendizaje y transformación. Rodeada de gente linda, que nos sumamos y potenciamos mutuamente. Qué linda se pone la vida cuando lo decidimos”, escribió en Instagram. Y sí, ella lo decidió: soltó, dio vuelta la página y –tal vez sin pensarlo– volvió a encontrar el amor.