Demi Lovato ha atravesado turbulentos momentos en su vida durante los últimos años, como consecuencia de su adicción a las drogas y el alcohol. La cantante estadounidense de 26 años tuvo una sobredosis de Fentanilo, una droga más pontente que la heroína, en agosto del año pasado, y debió ser internada en un centro de rehabilitación de Los Ángeles, California.
Con el paso de los meses, la artista parece estar cada vez mejor de salud, y se ha dado el gusto de viajar hacia la Polinesia Francesa, específicamente a Bora Bora, donde disfrutó del sol, el agua cristalina y protagonizó una serie de fotos hot en bikini.
“Simplemente dejé lo que posiblemente sea mi lugar favorito en la Tierra con mis mejores amigos. Bora Bora es, literalmente, el paraíso en la Tierra. Probablemente vaya a publicar muchas fotos en los próximos días. Les pido perdón por adelantado”, escribió como epígrafe la cantante y compositora que saltó a la fama por su papel en Camp Rock, la película que Disney lanzó con los Jonas Brothers en el año 2008.
Las sensuales imágenes lograron millones de “me gusta” en las redes sociales, algo fácil para Demi, ya que posee más de 70 millones de seguidores en Instagram. El año pasado, luego de casi perder la vida por su adicción, ella les dedicó un sentido mensaje. “A mis fans, siempre les agradeceré todo el amor y apoyo que me han dado siempre. Sus pensamientos positivos y plegarias me han ayudado a navegar a través de estos tiempos difíciles”, escribió en aquel entonces.
Además de su duro proceso de recuperación, Lovato afrontó otros dos problemas: uno con su familia, que acusó a su amiga, Dani Vitale, de ser una mala influencia para ella por ser “una chica peligrosa que la incita al daño", y otra con su mega mansión de Hollywood Hills, que tuvo que ser puesta a la venta para que ella pueda dejar atrás todos sus oscuros, pero que a raíz de unas modificaciones edilicias, tiene severas trabas para conseguir un interesado en comprarla.