La escalada en los volúmenes de vino chileno que está ingresando a la región y por supuesto que a San Juan también ha provocado la bronca de los viñateros locales. Al punto que amenazan con cortar el ingreso a la provincia en el control de San Carlos, por donde entran los camiones cisterna con los caldos del vecino país, para impedir que el producto siga llegando a las bodegas locales.

La medida todavía no tiene fecha, pero no se va a demorar mucho, según dijo Juan José Ramos, de la Asociación de Viñateros Independientes y uno de los impulsores de la protesta.

La preocupación radica en que los productores están que echan chispas por lo que califican una maniobra de grupos monopólicos para bajar los precios de la uva y el vino de la presente cosecha, cuando en San Juan las estimaciones del Instituto Nacional de Vitivinicultura señalan que hay menos uva en los parrales, lo que podría redundar en una tonificación en los precios del mercado. 

Según los cálculos que hacen en el Ministerio de la Producción, desde fines del año pasado hasta ahora han ingresado unos 40 millones de litros de vino chileno, de los cuales unos 15 millones entraron a bodegas locales y el resto a establecimientos mendocinos. En el mercado nadie recuerda una política tan agresiva de compra de caldos foráneos para después fraccionarlos y despacharlos al consumo.

“El ingreso de vino chilenos se produce en forma descontrolada y como han fracasado otras medidas vamos a hacer un piquete en el ingreso a San Juan para que no sigan entrando camiones”, dijo Ramos.

Tanto los gobiernos de San Juan como de Mendoza tomaron medidas para frenar la importación de caldos chilenos, pero hasta el momento no han tenido la respuesta esperada.

En el caso local el Ejecutivo instrumentó la aplicación del impuesto a los Ingresos Brutos, que equivale al 3,6% sobre las ventas, contando el adicional del Lote Hogar, para aquellos establecimientos que importen vino del vecino país. En el caso mendocino también decidieron aplicar una medida similar, que es un 4% sobre las ventas. Aún así las bodegas no se desanimaron y han continuado llenando sus piletas con vino importado.

El ministro de la Producción de San Juan, Andrés Díaz Cano, habló de la preocupación del Gobierno local por el tema e incluso advirtió que cuando llegue junio, la fecha prevista para la liberación de los vinos al mercado, estiman que el volumen del vino importado será el equivalente a un mes de stock, es decir entre 80 a 100 millones de litros.

Los viñateros dicen que hay vino suficiente y que no hace falta importar.

Por ahora no tienen ninguna otra medida en estudio para desanimar la compra de vinos en el extranjero.
El argumento de los grandes grupos fraccionadores para la importación de vinos es que lo compran más barato afuera, pero los viñateros lo niegan y, por el contrario, aseguran que les cuesta lo mismo y acusan de que se trata de una maniobra para bajar los precios de los vinos y de la uva en la presente vendimia. Lo cierto es que en la práctica los volúmenes de ingreso de vino extranjero viene en constante aumento.

En el medio de la polémica, también el INV ha ajustado los controles sobre los vinos importados. Por ejemplo, les exige a las bodegas importadoras que los productos que ingresan a granel deberán acompañar antecedentes de elaboración expedido por la autoridad competente del país del cual provienen, donde constará las variedades de uva utilizadas con la añada pertinente. Otro requisito es que deben poseer certificados de genuinidad y aptitud para el consumo extendidos por oficinas autorizadas del país de origen, en este caso Chile. Y tendrán las mismas condiciones exigidas para la libre circulación de los vinos nacionales.

 

Los antecedentes del caso

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En Francia

En protesta contra lo que consideran una “competencia desleal” por la importación a Francia de vinos españoles e incluso también de Chile, pero comercializados con etiqueta española, un grupo de agricultores franceses detuvieron y procedieron a vaciar las cisternas de dos camiones en un peaje cerca de la ciudad de Nimes en enero pasado.

Más de medio centenar de viticultores, que se habían concentrado en un peaje a unos 25 kilómetros de la ciudad francesa, se desplegaron e impidieron el paso de los camiones y después derramaron en el mismo lugar el vino que transportaban, según publicó el diario español El Mundo. Lo mismo sucedió en la ciudad francesa de Narbona por los miembros del Comité de Acción Vitícola (CAV).

En la Nación

Una gestión que no tuvo respuesta positiva para los intereses de la región fue la que se realizó en diciembre del año pasado en la Secretaría de Comercio de la Nación. En esa oportunidad, funcionarios nacionales del área, el ministro de la Producción local, Andrés Díaz Cano, el diputado nacional Eduardo Cáceres y referentes del sector vitivinícola de San Juan y de Mendoza fracasaron en su intento por frenar la importación de vinos chilenos.

El secretario de Comercio nacional, Miguel Braun, fue categórico al anticipar que el Gobierno nacional no estaba dispuesto a hacer nada para prohibir la importación de vinos sino que, por el contrario, advirtió que la apertura comercial reinante “es una política de Estado”.
En el encuentro también estuvo presente el presidente del INV, Carlos Tizio.