San Juan, 9 de marzo.- Aunque se reconocen como usurpadores, los vecinos intentaron por todos los medios evitar el desalojo y demolición de sus construcciones ilegales. Sin embargo, luego de varias horas de idas y vueltas, lo inevitable llegó.

Con grúas y topadoras, desde el trabajadores del Municipio de la Capital comenzaron a derrumbar quinchos, paredes y piletas edificadas sobre espacio municipal, ya sin resistencia de los implicados, quienes de todas maneras estuvieron acompañados todo el tiempo por un escribano y jamás dejaron de fotografiar la situación.

El barrio está formado por 16 casas y tiene 15 años de antigüedad, pero desde hace unos siete, algunos vecinos ocuparon parte de terrenos que la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado (ADIPSE) había donado en el 2000 al municipio para hacer calles o espacios verdes. Se trata de una franja de unos 14 metros de ancho por 500 metros de largo, donde algunos aprovecharon para edificar.