De carácter fuerte, pilar familiar y con la política en las venas. Así fue Ivelise Falcioni. Nació en Buenos Aires, en San Martín, el 7 de noviembre de 1929. Llegó a San Juan un día después del terremoto de 1944, cuando su padre, el teniente coronel Alfredo Falcioni, de estirpe peronista, fue enviado a la provincia para hacerse cargo del comando del Regimiento 22 de Infantería de Montaña. Tenía apenas 14 años.
Luego regresó a Buenos Aires donde estudió abogacía y también obtuvo el título de escribana.
En el año 1956 se casó con Fulvio Justino Lino Di Fulvio con quien vivió un año y medio en Italia. Se separó y entabló una relación con Don Leopoldo Bravo, con quien tuvo seis hijos y después contrajo matrimonio.
Hasta principios de los “80 Ivelise se mantuvo activa políticamente (era afiliada al PJ), pero su carrera propiamente dicha comenzó en 1981, cuando comenzó a trabajar para ser candidata a diputada nacional, con la venia expresa de su marido, que fue candidato a gobernador. Ambos ganaron por amplio margen.
En diciembre de 1983 asumió en su banca y tuvo un mandato de seis años, en los que se abocó al área social. Intentó la reelección en 1989 pero perdió y pasó a dirigir la Casa de San Juan en Buenos Aires, en la gobernación del bloquista Gómez Centurión.
En abril de 1992 asumió como jefa de asesores en el Ministerio del Interior, en el apogeo del menemismo.
Luego de una ausencia política de ocho años, Ivelise regresó al partido de la estrella con la intención de unir a dos de sus hijos que encabezaban líneas internas opuestas: Leopoldo Alfredo y Juan Domingo Bravo. El asunto se resolvió en familia.
Ivelise confesó que su marido le decía que la siguiera y aprendiera de él.
En julio del 2000, a punto de extinguirse el mandato de su esposo, se lanzó como precandidata del bloquismo por la senaduría, con miras a las elecciones del 2001. Su intento no prosperó. La lista quedó conformada por Nancy Avelín y “Polo” Bravo.