Con los ojos enrojecidos por la polvareda y con los brazos agotados de intentar encastrar los paneles con la inclinación justa, los obreros tuvieron que suspender la construcción de la planta solar de Cañada Honda varias veces durante los seis meses que duró la obra. Todo por culpa del viento, que fue el principal inconveniente que enfrentaron y que los obligó a trabajar hasta los domingos para recuperar el tiempo perdido.
‘Esta planta solar está en un terreno de 84 hectáreas totalmente descampado, por lo que el viento se siente más intenso que en otros lugares porque no hay nada que se interponga en su paso. Por eso fue bastante complicado terminar la obra. Hubo días en que la polvareda no nos dejaba ni respirar, menos instalar los paneles. Pero, gracias a la voluntad de los obreros, pudimos entregar la obra en tiempo y forma‘, sostuvo Enrique Valladares, a cargo de la construcción de la primera etapa del Parque Solar Fotovoltaico de Cañada Honda.
Valladares contó que 90 obreros, en promedio, trabajaron a lo largo de los 6 meses de construcción, llegando a alcanzar la cantidad de 150 en determinados períodos de trabajo intenso. También explicó que del personal empleado, el 95% fue del país: el 75% correspondió a San Juan y el 20% a otras provincias; en tanto que el 5% restante, a otros países. Y destacó que todos trabajaron 12 horas al día, 4 más de lo programado, para concretar la obra. ‘Algunos domingos trabajamos con 40 grados de temperatura y a pleno sol. Pero no podíamos parar, ya que algunas veces el trabajo también se vio interrumpido entre enero y febrero por falta de material. Algunas fábricas proveedoras cerraron por vacaciones‘, contó Valladares.
Pero el sacrificio tuvo su recompensa. Llegó hace dos días, cuando se hizo la primera prueba de generación de energía solar en esta planta. Todo funcionó correctamente ante la presencia de los obreros que, con aplausos y revoleo de gorras, expresaron su emoción y orgullo.

