Primero fue la militancia sindical y después nació la pasión por la política, según ella misma confiesa. Mary Garrido (61), la única mujer entre los postulantes a Gobernador de la provincia, está actualmente jubilada luego de haber estado 36 años al frente del grado como maestra de primaria y cerró su actividad en la docencia como directora de escuela. Pero eso fue hasta el 2011, cuando se retiró, aunque lejos de quedarse en la casa siguió con una vida muy activa en la que la política ocupa una parte muy importante.
La postulante de la Nueva Izquierda es la primera vez que le apunta al Ejecutivo provincial, pero no por ello es novata en la arena política. Sobre sus espaldas acarrea una candidatura a intendenta de Rivadavia, después intentó ocupar una banca de diputada nacional en el Congreso y en el 2011 integró una fórmula como postulante a vicegobernadora junto al cruzadista Carlos Navas. Para esta contienda electoral la fuerza que integra decidió dar la lucha en soledad, sin integrar ningún frente.
Garrido está divorciada y de sus 3 hijos ninguno decidió seguir sus pasos en política, más allá de que el menor le suele dar una mano para la época electoral, como sucede ahora.
Junto con su actividad en la docencia, fue delegada sindical en la Unión Docentes Agremiados Provinciales (UDAP) y hasta alguna vez le apuntó al máximo escalón, el de secretaria general, pero no tuvo suerte. Es más, como si fuera poco, su enfrentamiento con la conducción del gremio hasta le valió ser expulsada de la institución. Así de combativa como fue en la militancia sindical es ahora en la política, según incluso reconocen los que la conocen más en la intimidad.
En los ratos libres practica natación y hace un poco de bicicleta para mantenerse ágil. También le gusta leer libros de política y de divulgación científica, en particular sobre neurociencia.
Cuando está en casa le gusta cocinar, sobre todo verduras, y su comida preferida es el asado, que se lo prepara su hijo. También se da un tiempito para cuidar sus plantas y ver alguna película. Las de acción y las que reflejan historias de la vida real, sus preferidas.
Su militancia en política comenzó en el ’94, cuando una amiga la invitó a una reunión del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y desde entonces nunca más dejó de participar, incluso ahora cuando le apunta por primera vez al máximo cargo al que pueda aspira un político en San Juan.
Cuenta que mucho de la decisión de actuar en un partido de izquierda tuvo que ver con que durante algún tiempo estudió Sociología, cuando comenzó a interesarse por las ideas del trotskismo. Y si bien estaba actuando en la actividad sindical consideró que las soluciones a los problemas deben darse desde la política y no desde un gremio. Fue entonces cuando pegó el salto al mundo de los partidos. Incluso sostiene que el que quiere cambiar las cosas lo debe hacer desde la política y hasta cree que la gente común debería participar más.
Para un futuro, más allá de su proyecto político propio, sueña con que la izquierda sea una opción de poder a nivel nacional y que deje de tener un rol testimonial. Para lograr ese objetivo es de la idea de dar una fuerte pelea con los grandes partidos que han venido gobernando el país.
Quienes la conocen más en profundidad sostienen que es una persona profundamente solidaria, laboriosa y por sobre todas las cosas muy generosa y con una gran cantidad de trabajo. De hecho, para estas elecciones no tuvo problemas en salir a participar en las pintadas o en las pegatinas de afiches. Como dirigente la reconocen con una gran capacidad para construir equipos y después posee una gran solvencia para liderarlos. "Es una militante de la primera hora", sostiene Nanci Avaro, una de sus compañeras en la militancia.
Para los comicios de hoy, la Nueva Izquierda no lleva en la boleta a ningún candidato presidencial sino que adhiere a la propuesta de Nicolás del Caño, el postulante del Frente de Izquierda.

