El presidente de Chile, Gabriel Boric, designó hoy a un viejo conocido de San Juan como José Antonio Viera-Gallo para ser el próximo embajador de ese país en Argentina.
José Antonio Viera Gallo es un abogado, académico y político del Partido Socialista, que ya estuvo al frente de la delación en Buenos Aires durante el segundo gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, donde mantuvo varias reuniones con los gobiernos de José Luis Gioja y Sergio Uñac, siendo un fiel defensor del proyecto del Túnel de Agua Negra. Además, fue sido diputado y senador de la República, además de ministro de la Secretaría General de la Presidente en el primer mandato de Bachelet.
a nominación del socialista, quien ya estuvo a cargo de la embajada en Buenos Aires entre 2015 y 2018, fue confirmada esta tarde desde el Congreso por el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, informó prensa local.
Monsalve señaló respecto a Viera-Gallo que “hay ahí experiencia, creo yo, en materia política y para poder hacer una gestión, en un país vecino con el que nos interesa mantener relaciones, no sólo políticas, sino que relaciones comerciales”.
Con esta designación, el Ejecutivo zanjó la disyuntiva que enfrentaba Boric tras el triunfo de Javier Milei como Presidente en Argentina, candidato libertario que el domingo pasado derrotó en las urnas al oficialista Sergio Massa y que ha sido crítico con respecto al gobierno chileno.
El cargo lo ocupó la secretaria general del Partido Comunista, Bárbara Figueroa, desde el inicio de la administración Boric hasta la última semana de septiembre, y tras su salida, quedó en su reemplazo Alberto Rodríguez, encargado de negocios de la embajada, quien hace algunas semanas fue nombrado como embajador en Marruecos.
Debido a las críticas que emitió Milei en contra de Boric -lo ha tratado de “empobrecedor”-, en las últimas horas se conoció que el diseño que tenía contemplado el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, incluía evitar conflictos con el próximo presidente argentino y designar a un diplomático de carrera con la experiencia necesaria para asumir el desafío y que no genere ruido, ni en Buenos Aires ni entre los partidos oficialistas.